Debido a los ritmos de trabajo que llevamos y la falta de tiempo, en muchas ocasiones, es complicado realizar un consumo diario de verduras, semanal o mensual, por lo que tendemos a comprarlas congeladas o congelarlas para consumirlas cuando podamos. En el caso de comprar los guisantes, las diferencias son abismales con respecto a sus versiones congeladas. Todo lo que le pasa al guisante descongelado es malo, aseguran los expertos en gastronomía. A continuación te lo contamos por qué deberías consumirlos frescos.
3¿Qué pasa con los guisantes congelados?
Un estudio de la Universidad de Hamburgo muestra que el contenido de vitamina C de los guisantes crudos se reduce significativamente después de siete días de almacenamiento a temperatura ambiente, mientras que el contenido apenas cambió después de dos años de almacenamiento en congelación a -25 grados.
Sin embargo, algunas verduras se escaldan antes de la congelación para desinfectarlas, lo que puede reducir su contenido de vitamina C y de vitaminas del grupo B hidrosolubles. La pérdida se sitúa en una media del 50%. Pero una destrucción similar se produce con los guisantes en las primeras 48 horas después de la cosecha. A fin de cuentas, el valor nutricional de unos guisantes congelados y unos frescos acaba siendo similar.