El sedentarismo parece haberse instaurado entre las opciones de ocio de los más pequeños. La tecnología y los videojuegos han provocado que los niños cambien de escenario de juegos y dejen el parque para quedarse en casa. Una cuestión que lleva tiempo preocupando a los sanitarios, ya que puede ser un factor que provoca obesidad infantil. Y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, en vez de fomentar la actividad física y el ejercicio al aire libre, prefiere destinar sus esfuerzos al sedentarismo, a juegos que requieran poco movimiento. Así, el titular de Consumo promueve los juegos de mesa como una opción de entretenimiento para los más jóvenes, algo que considera una elección responsable y saludable. Una «garzonada» más para la larga de lista de acciones promovidas desde el departamento que lidera el político de Unidas Podemos.
El Ministerio de Consumo ha aprovechado la inauguración de la Feria InterOcio 2022 para promover los juegos de mesa como alternativa de ocio dentro de su compromiso con la promoción de hábitos de consumo saludables, responsables y sostenibles. Es decir, pretenden fomentar el sedentarismo como hábito beneficioso para la salud, en lugar de impulsar otro tipo de actividades como los deportes al aire libre, donde los jóvenes realicen ejercicio físico. Garzón considera que los juegos de mesa suponen todo un «potencial» que tienen este tipo de pasatiempos. Y es que, según ha afirmado el titular de Consumo, construyen «pequeñas pero valiosas aportaciones que nos hacen crecer como sociedad con entornos saludables».
Garzón apuesta por los juegos de mesa como alternativa de ocio saludable
Alberto Garzón ha explicado que existen actividades que entrañan riesgos y generan daño a las personas más jóvenes y vulnerables y opina que los juegos de mesa son la alternativa perfecta y, sobre todo, más saludable. Lejos quedaron las actividades al aire libre, los deportes de equipo y el ejercicio físico como hábitos beneficiosos para la salud. Parece ser que estas costumbres ya no se estilan para el líder de Consumo, ahora la apuesta es por el sedentarismo, una alternativa mucho más «segura», sin riesgos. Garzón tiene claro que la apuesta de su departamento debe ser a favor de estos pasatiempos y las medidas que tanto él como su equipo promuevan deben ser para fomentar su uso.
Por este motivo, el ministro se ha comprometido a «dar apoyo» a esta industria en España para que, dentro de una década, «podamos ser un país líder en la creación y desarrollo de juegos de mesa». El Ministerio de Consumo, capitaneado por Garzón, lo tiene claro, ellos apuestan por los juegos de mesa, ya que la consideran la opción más saludable para los más jóvenes. Este departamento opina que el ocio más beneficioso para la salud pasa por el sedentarismo. Y piensan destinar todos sus esfuerzos por fomentar los planes y las medidas que permitan impulsar este tipo de pasatiempos y entretenimientos. Así, Garzón ha destacado que la finalidad de un juego es la diversión y eso es un valor irremplazable y efectivo por sí mismo. «Los juegos de mesa enseñan, educan y estimulan. Ayudan al desarrollo y crecimiento personal y no son sólo cosa de niños», ha señalado.
LAS «GARZONADAS» DEL MINISTRO DE CONSUMO
Al ministro de Consumo le ha rondado la polémica en muchas ocasiones, la lista de «garzonadas» es larga, muy larga. La última fue de dejar claro en un periódico extranjero que la carne que se exporta desde España no solo es mala calidad, sino que proviene de animales maltratados. Unas declaraciones acerca de la industria cárnica y las macrogranjas que no sentaron nada bien al sector de la ganadería que pidió en bloque su dimisión por perjudicar su negocio. Sin embargo, esta no es única vez que ha protagonizado una serie de escándalos políticos que le han convertido en el hazmerreír del Ejecutivo.
Esto viene acompañado, meses atrás, de otras declaraciones de Garzón en las que decía que comer carne no era saludable; a lo que el presidente del Gobierno (de su propio Ejecutivo) respondió en público que «donde se pusiera un chuletón…». Pero esto es solo otra anécdota que conviene aderezar con el hecho de que el ministro sirvió en su boda a sus 270 invitados un plato de solomillo y otro de foie. Garzón no ha dejado de hacer el ridículo desde que llegó al Gobierno obligando a los dirigentes a posicionarse ante cosas absurdas. Otra prueba de ello es la «huelga de juguetes» que convocó el ministro en un momento clave de la pandemia y con el precio de la luz por las nubes de la que se mofó incluso el Partido Popular en el Congreso.
Tantos han sido los escándalos del ministro que incluso el principal partido de la oposición, el grupo popular, elaboró una lista con los sectores a los cuales había dañado su reputación. Un total de 24 sectores son por los que pasado «el huracán Garzón» arrasándolos a su paso. Desde el de agricultores, ganaderos, veterinarios, empresarios y autónomos, fuerzas de seguridad del Estado, el jefe del Estado, turismo, carne, aceite, jamón, dulces, telecomunicaciones, publicidad, sector tecnológico hasta otros como las bebidas azucaradas, bebidas energéticas, azúcar, juego, juguetes, cocineros, restaurantes, bares, atención al cliente y comunidades autónomas. Una larga lista de «garzonadas».