Qué es el bruxismo y cómo lo puedes evitar

Alrededor del 70% de la población española sufre una condición silenciosa llamada bruxismo. Aunque su origen no es del todo claro, existen factores externos que influyen a su aparición (los nervios y el estrés son los más comunes). Con la llegada de la pandemia, este ha aumentado y afecta a muchas más personas a día de hoy.

Esta patología consiste en apretar inconscientemente la mandíbula y rechinar los dientes, de tal manera que ocurre un desgaste y deterioro dental. Hay soluciones y mejorías, una gran variedad de tratamientos para su remedio y arreglo pero nos centraremos en las más a mano, las caseras, para evitar este mal sin gastos y de manera sencilla.

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MASAJES Y CALOR EN LA MANDÍBULA

bruxismo

También puedes tratar el bruxismo directamente sobre el foco, en tu propia mandíbula. Para ello hay una serie de ejercicios para ejercitar mandíbula y mentón, así como la lengua y la cara. Lo que se pretende es que las fibras musculares se relajen y no lleguen a la contractura o, mejor aún, evitar que se tensionen de antemano. ¿Cómo hacerlo? Pues iniciando el masaje  delante de las orejas y bajar con los dedos, como si estiráramos la piel. Si se detecta una zona con particular tensión o con nudos, hay que detenerse allí y presionar por un momento. Luego se sigue hacia abajo.

También es importante aplicar calor para relajar los músculos. Si no quieres gastar en aparatos para tal fin, puedes optar por un paño caliente, eso sí, si exceso de calor para no quemar tu piel. Tanto las almohadillas comerciales como los paños caseros no pueden estar a tan alta temperatura. Basta con que estén tibios.