Un lunar aparece como un pequeño punto marrón oscuro que se genera por acumulación de melamina y suelen iniciarse desde que somos niños o en la adolescencia. Según diversos estudios, los lunares malignos en las mujeres tienden a aparecer generalmente en la espalda o en la parte baja de las piernas, mientras que en los hombres se suelen generar en la cabeza, el cuello o la espalda.
El cáncer de piel es uno de los tipos de cáncer más comunes que existen, y está directamente relacionado con la exposición al sol. Detectarlo a tiempo es fundamental para evitar un fatal desenlace. Los lunares cancerígenos, por lo general, pueden diferenciarse de los lunares normales porque se inflaman, pueden provocar dolor, picazón, sangrado y hasta formar una lesión abierta, y suelen ser fáciles de detectar visualmente y al tacto.
8 Medidas de prevención
Si posees lunares desde niño, la prevención es un principio fundamental para impedir el cáncer en la piel y que los lunares se conviertan en malignos. La principal, es evitar exponerse al sol por tiempos prolongados, recomiendan los dermatólogos, usar cremas foto protectoras, con factor de protección mayor de 15.
Realiza medidas periódicas de cada uno de tus lunares y si observas que han incrementado su tamaño, debes acudir al especialista, también si alguno de ellos cambia de forma o color. No esta demás acudir al menos una vez al año al dermatólogo, para que realice una revisión profesional y tengamos mayor seguridad.