La miel, ese oro líquido producto del largo labor de las abejas, normalmente es utilizado para los desayunos y meriendas, genera una pasión para muchas personas. Siendo un alimento dulce, de origen natural, en reiteras ocasiones hace creer a los consumidores que el riesgo es nulo y que los beneficios están por montones.
El secreto está escondido detrás de la propiedad única que tiene la composición del alimento. La llave está en que esté compuesto con más del 80% en azúcar, y los azúcares son higroscópicos. Esto quiere decir que esta sustancia contiene muy poca agua y a la vez es capaz de absorber la humedad que se encuentra en el ambiente.
Excesivos nutrientes en poca cantidad
Por otro lado, es importante recordad para todos aquellos que la emplean diariamente, que una sola cucharada de miel equivale a 6 terrones de azúcar, el máximo diario de consumo de azúcar recomendado por la OMS.
Sánchez, nutricionista especializada en el deporte, explicó que “al ser un producto natural, hay una falsa creencia de pensar que es saludable, pero los nutrientes que puede aportar el azúcar son ínfimos como para que compense la sobre ingesta de azúcar”. Además, esta sustancia tiene aproximadamente entre el 0,5% y el 1% del contenido nutricional, y está compuesto por elementos como el zinc, el hierro, la vitamina B o la vitamina C.
Consumos problemáticos y sus riesgos
Por otro lado, cabe destacar que a través de los medios masivos de comunicación y redes sociales se brinda informaciones falsas sobre los beneficios de consumir ciertos productos. La miel no queda por fuera de los problemas que puedan generar a la salud la ingesta desmedida.
A esto se le suma una alarmante cantidad de individuos que resaltan los factores curativos de la miel y generan con ellos milagrosas recetas para adelgazar. Cabe recordar que para que un alimento sea nutritivo debe alcanzar el 15% de nutrientes en 100 gramos mínimos, por la cual, la miel está demasiado lejos de llegar a dichos valores nutricionales.
No cura enfermedades
En muchas ocasiones, los servicios de comunicación e internet han fomentado el consumo de la miel como un remedio milagroso para ciertos malestares, careciendo de todo fundamento científico, y basándose en mitos y leyendas urbanas, para dar crédito a sus afirmaciones. Entre los “saberes” culturales más divulgados se destacan el consumir un vaso de leche con miel, es capaz de curar catarros, afonías, tos y hasta gripes.
Según este tipo de afirmaciones, todo parece indicar que es un elixir mágico que está al alcance de cualquiera y que contiene propiedades curativas ilimitadas. Pero lastimosamente la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) afirmó a través de diversos estudios científicos que no hay ninguna evidencia empírica al respecto.
Falsas dietas y graves peligros para la salud
En el afán que tienen las personas por adelgazar, por estar a la moda, por ganar seguidores, por sentirse bellas o bellos, a través del menor esfuerzo, ha generado que muchos caigan en falsas dietas milagrosas que ponen en riesgo su salud física y mental. En este sentido, son cientos las recetas que se han divulgado sobre el consumo continúo de la miel y la posibilidad de mantener o recuperar la figura gracias a ello.
Por este motivo, es importante aclarar que para mantener un estado físico saludable y acorde al metabolismo de cada uno es necesario consultar al médico y seguir los distintos tratamientos específicos que se recomiendan para cada una de las situaciones particulares, y así de esta manera, será posible evitar percances a futuro. Entre los problemas más comunes se destacan el cansancio, insomnio e inflamaciones varias.
El consejo de los profesionales
La doctora María González, miembro del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas y presidenta del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Galicia, aclaró que para mantener una buena nutrición “se necesita algo más de cantidad para cubrir los requerimientos. Pero si llevamos a cabo una alimentación variada nos aseguramos el aporte de todos los aminoácidos esenciales. De hecho, se recomienda que al menos la mitad de la proteína que ingerimos sea de origen vegetal”.
Según manifestó, es necesario contar con las proteínas que se encuentran en garbanzos, alubias, lentejas, guisantes, soja, frutos secos, cereales integrales, semillas, derivados de la soja (tofu, tempeh, soja texturizada, miso), pseudo cereales (quinoa, mijo, o trigo sarraceno entre otros).
El consumo de miel afecta al mundo entero
Además, destacó que no es posible mantener una dieta saludable consumiendo un solo producto en cantidades importantes, sino que el buen funcionamiento del cuerpo humano depende de la ingesta variada de alimentos.
Hay que tener en cuenta que la producción de miel en masa afecta directamente a las abejas, y consigo, al mundo entero. Diversos científicos han afirmado que la comercialización de miel y el avance de los problemas ambientales han disminuido drásticamente la población del insecto productor, ocasionando así, un desbalance en la cadena alimenticia.
Los agroquímicos atentan contra la vida de las abejas
Sobre como la utilización de distintos productos agrícolas, Pedro Kaufmann, referente de los apicultores, sostuvo: “Herbicidas, como el glifosato, insecticidas y fungicidas, suman un total de 500 millones de litros por año que terminan en el aire, el agua y la tierra”.
En este sentido, agregó que “estamos hablando de unos 11 litros por cada habitante cada 12 meses. Todo esto ha generado un serio deterioro de las colonias de abejas. Si las matamos, el conjunto de la cadena alimentaria podría estar en peligro”. Estas condicionas atentan directamente contra la reproducción de las abejas, lo cual hace peligrar su existencia y futuras producciones.
