La vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz ya está trabajando para lanzar su plataforma. Es un trabajo duro que se complica cuando se quiere hacer fuera de los focos. Pero a pesar del secretismo, Díaz ya esboza cómo será su nuevo partido político y quién tendrá galones suficientes como para figurar arriba en las listas. Uno de esos nombres y quien está llamada a ocupar un puesto predominante en la plataforma de Díaz es la aparentemente desconocida Amparo Ballester Pastor, un alto cargo del Ministerio de Trabajo a quien Yolanda quiere dar más galones por varios motivos. Entre otros, su capacidad de trabajo, pero también le gusta que es un perfil desconocido que no se ha desgastado nada con estos años de legislatura.
Amparo es directora de coordinación jurídica del Ministerio de Trabajo y Economía Social. Es un puesto de confianza de Yolanda en el que se ha ganado los galones para optar a tener un puesto relevante en el equipo de Díaz. Especialmente porque Ballester cumple y entiende los requisitos que la ministra busca en los dirigentes políticos con los que quiere construir la plataforma progresista que lleva meses montando. Por supuesto, la palabra género aparece en la especialidad de Ballester, algo que seduce especialmente a Irene Montero, quien ve que no tendrá suficiente peso en esta potencial plataforma por lo desgastado que está su perfil político, tal y como aseguran fuentes de Podemos. Amparo Ballester es catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social y está especializada en la discriminación de género. Un perfil que encaja perfectamente en la plataforma de Díaz y que no genera fricciones con Podemos.
Fue jefa de gabinete de Díaz, aunque ahora Podemos ha colocado en su lugar a un polizón para que vigile a la vicepresidenta llamado Josep Vendrell. Cuando la formación morada obligó a buscar un sustituto «de la casa» de Juanma del Olmo, Amparo se vio obligada a cambiar de posición, pero esto no significó que Yolanda perdiera confianza en ella. Ahora que la plataforma de Díaz empieza a tomar forma, se empiezan a deslizar los nombres que ocuparán un papel predominante en el nuevo partido. Y el de Ballester Pastor es uno de ellos. Entretanto, Podemos ve cómo los perfiles que crecerán en la nueva plataforma de Díaz no necesariamente serán de la formación morada. Y saben que no podrán reclamar mucho porque la única posibilidad que tiene Podemos de seguir creciendo es la de echarse en manos de una ministra de Trabajo que ha demostrado en más de una ocasión tener alergia al color morado.
Aquellos que conocen a Ballester recalcan que su mayor virtud es la humildad y la discreción. Dos cualidades que han hecho que se convierta en una de las personas más cercanas a Díaz. Ahora, todas las quinielas internas del área de la ministra de Trabajo detallan que la dirigente será clave en el nuevo partido que la vicepresidenta liderara sin contar necesariamente con los actuales pesos pesados de Unidas Podemos. Desde luego, Irene Montero o Ione Belarra no tendrán la confianza de Díaz. Hay fuentes del partido que insisten en que, si por Yolanda fuera, no contaría con ellas porque busca perfiles que no estén erosionados por la legislatura.
ESPECIAL MANÍA A GARZÓN
Fuentes del Gobierno lo aclaran: no es que estén en contra de los mensajes de Alberto Garzón. Pero sí que consideran que no solo es un ministro poco valorado, sino que no tiene el don de la oportunidad. La vicepresidenta social del Gobierno, Yolanda Díaz, lleva meses deslizando a su entorno que no quiere contar con el ministro de Consumo para que sea una de las caras visibles de su plataforma. La también ministra de Trabajo se está esforzando mucho en «evitar polémicas» innecesarias mientras que Garzón se dedica a lanzar mensajes inoportunos en momentos clave como la campaña electoral de Castilla y León. Todo esto, unido a la nueva polémica por las macrogranjas ha llevado al entorno de Díaz a reforzar el mensaje que llevan tiempo filtrando a los medios de comunicación: Alberto Garzón estará fuera del dream team que Díaz está formando en la sombra. La crisis de Gobierno actual que ha abierto el ministro de Consumo le costará caro.
El PSOE está inmerso en una batalla mediática por quitarle la razón a Garzón. El último en desmentir las palabras del ministro de Consumo en las que aseguraba en una entrevista que la carne exportada de España no solo es de mala calidad, sino que viene de animales maltratados, ha sido el ministro de Agricultura, Luis Planas. «Soy el ministro de Alimentación y si alguien habla de alimentación lo normal es que me llame», ha asegurado este martes para criticar al ministro de Consumo, quien a su vez ha arrancado otra campaña para obligar al Gobierno a posicionarse en contra de las macrogranjas en un momento muy delicado a nivel electoral. Y mientras todo esto transcurre, Díaz sigue con el diario de notas buscando las caras con las que formar su nueva plataforma. Un diario en el que Garzón tiene varios «negativos» por su incapacidad para engrasar una coalición que debería repetirse si tanto Díaz como Pedro Sánchez quieren tener opciones reales de gobernar.