El Partido Popular está metido en toda una batalla campal que le está llevando a la autodestrucción. Un ‘harakiri’ en toda regla. La guerra entre el líder del Partido Popular, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha estallado tras darse a conocer un supuesto espionaje de Génova a la líder regional en la noche del miércoles. Y es que, el grupo popular utilizó presuntamente a la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), un organismo que depende del Ayuntamiento para llevar a cabo dichas indagaciones. Así, a lo largo este jueves han comenzado los posicionamientos, los reproches a uno y otro lado del grupo. Ayuso critica a la formación por llevar a cabo una investigación en su contra. Mientras en el seno del partido ya le han abierto un expediente a la líder regional. Y, como resultado, la batalla ya se ha cobrado su primera «víctima», Ángel Carromero, que ha presentado su dimisión con efecto inmediato.
La guerra interna del Partido Popular es una cuestión que viene gestándose desde hace tiempo. Que Ayuso quiere hacerse con el poder del partido en Madrid es un hecho, y que Pablo Casado y la facción interna del grupo popular están intentando evitarlo también. Así, desde Génova llevan tiempo tratando de frenar el imparable ascenso político de la presidenta autonómica. Por ello, Casado puso a Almeida en la carrera por liderar el PP de Madrid porque simplemente quería poner piedras en el camino de Ayuso.
dESDE gÉNOVA LLEVAN TIEMPO TRATANDO DE FRENAR EL ASCENSO IMPARABLE DE AYUSO
El congreso regional del Partido Popular en Madrid es el foco de todo y uno de los motivos de la guerra interna. Por un lado, la presidenta quiere que se celebre cuanto antes este evento para empezar a preparar las elecciones municipales de 2023. En el lado contrario, Génova quiere retrasarlo todo lo posible para tratar de encontrar algo que hunda a la presidenta y evitar así que se haga con el poder del grupo en la región. Ya que consideran que Ayuso quiere el liderato regional como el primer paso para llegar a la presidencia del partido a nivel nacional.
A pesar de que en las últimas semanas, Casado y Ayuso habían enterrado el hacha de guerra para no perjudicar las elecciones en Castilla y León, solo se trataba de una tregua a medias, ya que Casado trató de aparecer lo menos posible junto a la presidenta de Madrid en actos públicos. Sin embargo, la paz ya se ha terminado después de que saltara la noticia de que el PP está investigando a Ayuso, y en especial, a su hermano, para tratar de encontrar algo con lo que poder «atar en corto» a la presidenta y manejar sus actos desde Génova. El Partido Popular empleó, supuestamente, a la empresa municipal para llevar a cabo toda una investigación contra la líder madrileña y, en particular, contra su hermano. Así, EMVS contrató a un detective para indagar acerca de un posible cobro de comisiones a cambio de contratos públicos.
En Génova buscaban encontrar información comprometedora del hermano de de la presidenta madrileña, ya que sospechaban que se había llevado una comisión a cambio de otorgarle un contrato público de 1,5 millones de euros a la mercantil Priviet Sportive SL, cuyo administrador podría ser un amigo del investigado. Todo ello empleando fondos públicos desde el Ayuntamiento de Madrid y a través de la Empresa de Vivienda.
Una jugada que no les ha salido especialmente bien, ya que se ha conocido que el grupo popular empleo a una empresa municipal para llevar a cabo estas indagaciones, todo una presunta malversación de fondos. Una acusaciones que desde la formación no han tardado en desmentir y han asegurado que «tomarán las medidas judiciales oportunas ante estas falsedades».
Tras la noticia, el primero en dar la cara ha sido el alcalde de Madrid, quien a primera hora de la mañana ha comparecido ante los medios de comunicación. José Luis Martínez-Almeida ha explicado que investigó la presunta implicación del Ayuntamiento en la trama de espionaje a Ayuso, y si, desde su «casa», se había contratado a un detective para llevar a cabo las investigaciones. Tras llevar a cabo, las averiguaciones, el edil madrileño ha asegurado que no encontró nada que relacionara al investigador privado con el Ayuntamiento o con la empresa que presuntamente le había contratado, EMVS. Almeida abría así la veda a las declaraciones de los integrantes del grupo popular.
La siguiente en pasar por los focos de los medios de comunicación ha sido Ayuso que ha cargado duramente contra la Dirección Nacional del PP por fabricar «presuntas corrupciones» contra ella sin pruebas y ha exigido que se depuren responsabilidades. Ayuso ha destacado que no puede haber algo más grave que acusar a alguien de la propia casa, con responsabilidades de gobierno, de corrupción y «hacerlo sin pruebas metiendo por medio a mi familia que nada tiene que ver. La familia es lo más importante que tenemos», ha subrayado. «Que la oposición me ataque es lógico pero que lo haga la Dirección de mi partido porque quiero presentarme al Congreso del PP de Madrid es insensato«, ha sentenciado.
Tras ella ha comparecido el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha anunciado este jueves que los servicios jurídicos del partido están estudiando si proceden acciones legales contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ante las «acusaciones gravísimas, casi delictivas» contra el presidente Pablo Casado y la dirección nacional. Además, ha avanzado es que el PP le abrirá un expediente informativo para «culminar las averiguaciones que se han llevado a cabo». «Con las conclusiones, nos reservamos las actuaciones oportunas», ha asegurado, para recalcar que «se puede tener un buen resultado electoral, pero eso no exime de rectitud y lealtad».
Una de las primeras víctimas de esta batalla ha sido Ángel Carromero. Él es un hombre de partido y con su dimisión lo ha vuelto a demostrar. El que fuera el hombre de máxima confianza de José Luis Martínez-Almeida, ha decidido dar un paso atrás tras ser acusado de ser uno de los fontaneros que ha espiado al entorno de Isabel Díaz Ayuso con el objetivo de elaborar un dossier que perjudicara su carrera política. El asesor del alcalde ha decidido dimitir por el bien del partido para así evitar que el incendio dentro de la formación salpique al presidente del partido en clave nacional, Pablo Casado, y queme del todo a Almeida.
Toda una guerra interna motivada por una sola cuestión: el poder. Los enfrentamientos entre Casado y Ayuso están provocando una desestructuración en el partido, una autodestrucción motivada por una lucha interna, motivada por ansias de poder y por el miedo. Ayuso busca ganar el liderado del PP en la Comunidad de Madrid, mientras en Génova consideran que este triunfo podría ser solo un trampolín para la presidenta madrileña, cuya aspiración es realmente hacerse con el poder del Partido Popular a nivel nacional.