El Partido Popular se ha alzado con la victoria en las elecciones de Castilla y León celebradas este domingo. Los ‘populares’ (31 escaños) liderados por Alfonso Fernández Mañueco volverán a gobernar en esta Comunidad debido a un doloroso y fuerte castigo de los habitantes de la denominada ‘España vaciada’ a la gestión de Pedro Sánchez y a una mala campaña electoral de Luis Tudanca.
Los azules han cosechado un mejor resultado en escaños respecto al 2019, con sólo dos asientos más y lejos de la mayoría absoluta, su principal objetivo en este adelanto electoral. El resultado deja al PSOE (28) con un fuerte descalabro, tras perder siete procuradores. Sin embargo, el líder socialista en la Comunidad Autónoma, Luis Tudanca, ha rechazado dimitir, aunque ha mostrado un semblante serio. Es un varapalo y fuerte para Sánchez, que ha perdido todas las elecciones autonómicas celebradas de forma anticipada desde que llegó al poder, con la excepción de Cataluña, donde no ha sido capaz de formar gobierno.
En cierta manera, Mañueco ha demostrado su acierto a la hora de adelantar las elecciones a este 13 de febrero. El fin último era ganar y gobernar. Ambos objetivos se han materializado, siempre y cuando Vox lo apoye o bien haya una nueva coalición con los nuevos partidos que se sentarán en las Cortes. En comparación con Vox (13), tanto Soria Ya (3), como Por Ávila (1) y Unión del Pueblo Leonés (3) están a la par en cuanto a gestión se refiere. Ninguno de ellos ha gobernado nunca. Además, el PP de Mañueco ha dado una soberana paliza al principal socio de Gobierno del PSOE, Unidas Podemos, que tan sólo ha cosechado un escaño en la denominada España vaciada.
LA MARCA SÁNCHEZ, DE MAL EN PEOR: UNA NUEVA DEBACLE EN CASTILLA Y LEÓN
La marca de Sánchez queda más que en evidencia tras los recientes comicios autonómicos. Por este motivo, el presidente del Ejecutivo tendría ahora la cabeza de Tudanca en una bandeja de plata. El propio líder socialista castellanoleonés ha evitado pronunciar las palabras «dimisión» o «cese», pero tras las últimas actuaciones, en Ferraz no suelen dejar títere con cabeza. Como muestra, la de Ángel Gabilondo tras quedar tercero en Madrid.
El propio Pedro Sánchez profetizaba que estos comicios iban a «cerrar la puerta a la coalición del PP y la ultraderecha». Sin embargo, son los castellanosleones quienes han suspendido la gestión de Pedro Sánchez en esta región, olvidada y atacada a partes iguales por el Gobierno de coalición.
Y es que, en la última semana de campaña se aprobó la reforma laboral, que daña especialmente a los temporeros en una Comunidad que depende en gran medida de la agricultura, así como las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre las macrogranjas, asegurando que la carne era de peor calidad y que son un foco de problemas para el medioambiente. De nada sirvió que el ministro de Agricultura, Luis Planas, se pusiera de perfil en unas ocasiones, y desautorizara en otros momentos a Garzón. Ambos forman parte del mismo Ejecutivo y ambos han recibido el castigo.
LOS CADÁVERES DE MAÑUECO: DE IGEA, Y POSIBLEMENTE, A TUDANCA
De esta forma, la baza electoral de Mañueco ha dejado un reguero de cadáveres a su paso. Igea, pese a mantener su escaño, deja a Ciudadanos en el abismo; a los de Yolanda Díaz, sin revulsivo y casi en la irrelevancia absoluta.
La lección de Mañueco a Ciudadanos es una seria advertencia a Inés Arrimadas. En las últimas cinco convocatorias electorales, la formación ‘naranja’ ha obtenido un total de siete escaños. Ni uno solo en Galicia, Madrid y País Vasco. Tan sólo seis por Cataluña. La caída de Arrimadas se debe a la desconfianza de los ciudadanos a Ciudadanos, que ha tratado de quitar del poder a Mañueco a través de una moción de censura. Esta sería una nueva oportunidad de Arrimadas para dejar paso y dejar la política nacional.
Al PSOE, con pérdida de siete escaños, que podría dejar a Luis Tudanca en la estacada para evitar un mayor deterioro en la imagen de Pedro Sánchez. «Todo dependerá del partido», ha afirmado el por ahora segundo en esta liza.
Pero Mañueco ha dado alas a Vox. Los conservadores se han disparado de uno a trece escaños. Un número con el que podría proponer a Juan García-Gallardo como vicepresidente. «¡Qué cara de vicepresidente se le está quedando a Juan García-Gallardo!», ha afirmado Abascal tras conocerse los resultados. Además, en Vox extrapolan el resultado e igualan el estatus de su líder, Santiago Abascal, a la misma altura que Pablo Casado. De los acuerdos del PP castellanoleonés podrían adivinarse las nuevas coaliciones de Génova, en caso de buscar seriamente La Moncloa.
PP Y PSOE PIERDEN VOTOS EN FAVOR DE LOS REGIONALISTAS Y VOX
Si bien, la victoria ha sido para el PP, los de Pablo Casado no han conseguido doblegar por completo al PSOE. Por este motivo, el mensaje del propio Mañueco es moderado, sin más visión que una gestión para los ciudadanos y dar estabilidad al Ejecutivo. Desde este lunes, Mañueco trabajará por el diálogo con «todas» las fuerzas políticas y «sin ataduras».
No son palabras elegidas al azar. Y es que, el aliento de Vox pesa y mucho sobre los hombros del PP castellanoleonés. Los de Abascal han exigido entrar en el Ejecutivo, con su programa encima de la mesa.
Vox, por su parte, se ha alzado con un tercer lugar, pero podría no ser decisivo. Si bien, el pacto natural sería entre los ‘verdes’ y el PP, la búsqueda de los ‘azules’ por abrir otros pactos podría dejar sin Ejecutivo a los conservadores. Eso sí, Mañueco necesitaría la abstención de éstos para poder aprobar leyes tan importantes como los Presupuestos autonómicos.
Por primera vez, Vox ha exigido entrar en un Gobierno autonómico. Lo hará con un auténtico desconocido y utilizando la estrategia contraria a la ejercida en Madrid con Rocío Monasterio. En la Comunidad gobernada por Isabel Díaz Ayuso no se exigió ni de tapadillo entrar en el Gobierno.
Mañueco tendrá ante sí un Vox inflexible con su ideología. Abascal ha asegurado que «Vox tiene el derecho y el deber de formar gobierno en Castilla y León». «No exigiremos ni más ni menos de lo que nos corresponde«, ha insistido.
Qué cara de vicepresidente se le está quedando a Juan García-Gallardo
Vox, además, ha tratado de cerrar la puerta a la estrategia del PP. Abascal ha afirmado que recogerá todas las reivindicaciones de las nuevas fuerzas regionalistas, como Soria Ya, Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila, para poder gobernar también para ellos. Todas ellas, nuevas en política, se sentarán con Vox, al menos la primera vez, para tratar de dialogar o articular cómo lo hará.
VOX SOCIO ¿FIABLE? DEL PP
Para los conservadores, Vox tiene «el derecho y el deber» de entrar en el Gobierno y con nada menos que con la vicepresidencia. Será más fácil la presión de los ‘verdes’ a Mañueco, siempre y cuando no se abra la vía regionalista, con Por Ávila y Unión del Pueblo Leonés. Más difícil sería el acuerdo con Soria Ya, de corte más de izquierda, pero con más de 20 años como plataforma reivindicativa.
Así las cosas, Mañueco tendrá obligatoriamente que cambiar de socios y dar entrada, con una alta probabilidad a formaciones decisivas. Vox sería el socio natural del PP, pero entre Juan García-Gallardo y los ‘populares’ no hay buenas migas. Lejos de dar un paso en falso, como ocurrió en 2019, el PP de Casado y Mañueco podrían explorar la vía alternativa, aunque no descarta hablar con el PSOE. Mañueco ha borrado por completo una nueva convocatoria de elecciones, tal y como prometió en campaña en caso de depender de Vox. Un mensaje que se fue suavizando según llegaba la fecha clave.
Pese al resultado del PP, Mañueco ha sido ovacionado a gritos de «presidente, presidente» en la sede del PP de Castilla y León. Sin embargo, los ‘populares’ se propusieron ganar las elecciones de forma holgada frente al PSOE, pero los resultados distan mucho de ser así. Tan sólo 11.000 votos de diferencia separan a ambas formaciones, aunque el PP ha perdido menos que los socialistas de Luis Tudanca.
SORIA YA, LA GRAN SORPRESA DE LA NOCHE ELECTORAL
En total, el PP ha perdido cerca de 90.000 votos frente a los más de 153.000 que se ha dejado en casa el PSOE. Vox ha obtenido 114.000 papeletas más que en 2019. Unidas Podemos, por su parte, logra 54.000 votos al presentarse por primera vez en coalición con Izquierda Unida. El gran batacazo ha sido para Ciudadanos, con 157.000 votos menos que hace tan sólo tres años.
Todo ello con una participación a la baja respecto a 2019, síntoma de una desmovilización de la izquierda. Las formaciones regionalistas Por Ávila (1), Soria Ya (3) y Unión del Pueblo Leonés (3) entran con fuerza y obligan a Vox a tomar partido: sí a Mañueco. Pero con una gran incógnita: entrar en el Gobierno o controlarlo desde fuera.
EL PSOE, SIN OPORTUNIDAD ALGUNA DE DAR EL CAMBIO
En caso de no llegar a un acuerdo, PSOE con Unidas Podemos y el resto de formaciones que han obtenido representación no tendrían ni una oportunidad de gobernar. La negativa de PSOE y Vox impediría poder gobernar, incluso mostrando diferencias irreconciliables entre ambos.
Soria Ya, Por Ávila, Unión del Pueblo Leonés y Unidas Podemos junto con el escaño de Igea sumarían un total de 35 escaños unidos a los del PSOE. La abstención de Vox no permitiría tampoco un Gobierno con Mañueco, si el resto de fuerzas votara en contra. Una situación que abocaría a la repetición electoral. Y es que, para gobernar, Mañueco necesita la mayoría simple, como cualquier otro candidato.
UNA ABSTENCIÓN AL ALZA Y LA IRRUPCIÓN DE LOS REGIONALISTAS
La abstención ha sido la gran ganadora de estos comicios, con un incremento de más de dos puntos respecto a los pasados comicios de 2019. La otra gran sorpresa de la noche ha sido la irrupción de las formaciones regionalistas.
Unión del Pueblo Leonés (UPL) y Soria Ya han obtenido tres procuradores, respectivamente. En León, PP y PSOE han empatado a cuatro escaños, pero UPL ha copado el podio, por delante de los dos diputados de Vox. Unidas Podemos y Ciudadanos, por su parte, se han quedado fuera de la provincia y no tienen representación.
Sin embargo, Soria Ya sí ha sido profeta en su tierra. En sus primeros comicios ha arrasado con más del 40% de los votos. El PP tan sólo ha obtenido un procurador en la provincia, uno menos de los que obtuvo en 2019. El PSOE, por su parte, se deja dos escaños en la provincia, y Vox no obtiene ni un sólo diputado.
En Ávila se ha librado otra de las batallas de esta noche electoral. El PP se hace con la victoria en la provincia con tres escaños, mientras que el PSOE mantiene los dos procuradores. Vox se alza con la tercera plaza, con apenas mil votos más que Por Ávila, que entra en las Cortes con un asiento. De nuevo, Ciudadanos y Unidas Podemos, grandes decepciones de esta noche, son ya irrelevantes en la tierra del chuletón.