En la compra de un inmueble intervienen gran cantidad de factores y elegir el tipo de hipoteca se convierte en una difícil decisión. En función tanto de tus necesidades como de tu tolerancia al riesgo deberás decantarte por una de tipo fijo o variable. Los intereses han sido modificados en ambas modalidades por lo que informándote conseguirás elegir la que mayor beneficio te reporte. Tanto si vas a comprar una vivienda como si todavía pagas una hipoteca descubre las diferencias y escoge la mejor para ti actualmente.
6Ventajas e inconvenientes de una hipoteca variable
Si te decantas por una hipoteca de este tipo, ligeramente más atractiva por sus bajos intereses, tendrás:
- Cuotas posiblemente más baratas pero inestables: el interés depende del euríbor, por lo que afectará al pago tanto si sube como si baja cambiando cada cierto tiempo tu cuota. Si toleras este riesgo y tienes en cuenta la tendencia de este índice de referencia en el momento de la firma puedes llegar a beneficiarte de cuotas más baratas.
- El plazo de devolución puede ser más largo, aunque corres el peligro de que se incremente tu hipoteca: si el euríbor se dispara en el futuro, las cuotas de estas hipotecas, inicialmente más baratas, van a encarecerse. De esta forma a largo plazo puedes llegar a pagar mas que con una hipoteca fija.
- Generalmente tienen menos comisiones, pero los pagos mensuales suelen ser mayores el primer año: puedes beneficiarte de menores comisiones que en una hipoteca fija y en cualquier caso más baratas. Aunque debes tener el cuenta que los primeros 12 meses el tipo de interés suele ser fijo y más alto. Transcurrido ese tiempo, establecido en el contrato con el banco, el tipo de interés deja de ser constante y pasa a marcar su valor en función del euríbor.