El precio del litro de la gasolina y del diésel está en máximos históricos. Llenar el depósito esta cerca de ser 20 euros más caro que hace un año. El problema es que el Gobierno ya vivió una situación similar (aunque menos hostil) en el año 2011 que afrontó de una forma peculiar. El barril de petróleo entonces rondaba los 110 dólares y el Ejecutivo tomó la absurda decisión de bajar el límite de velocidad máxima en las carreteras de 120 kilómetros por hora a 110 para ahorrar combustible. El que llevó a cabo la iniciativa fue el entonces director de la DGT, Pere Navarro, quien ahora ostenta de nuevo el cargo. Lo curioso es que el Gobierno no toma medidas ahora porque entienden que la existencia de los coches eléctricos ofrece una alternativa viable para apartarse de los combustibles fósiles. Sea como sea, ahora el barril de petróleo cuesta 91 dólares, bastante menos que en 2011 (año en el que la gasolina tocó techo al llegar al euro y medio).
Pese a lo absurdas que fueron las medidas de 2011, lo cierto es que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero sí se preocupó por intentar contener el golpe que supondría para el bolsillo de los españoles el aumento exagerado del coste de la gasolina y del diésel. Que la medida fuera delirante es otro cantar. Sin embargo, a la pregunta de por qué no se toma ninguna medida para contener la escalada ahora el Ejecutivo responde que hay alternativas para quienes no quieran depender del alto precio del carburante: los coches eléctricos.
Ahora el Gobierno como mucho se remite al fracasado Plan MOVES III
Pere Navarro entonces se tiró a la piscina con los 110 kilómetros por hora. Ahora todos guardan silencio porque el fantasma eco acecha en cada esquina. En cualquier caso, quedan muchas incógnitas por responder, como el hecho de por qué en España la gasolina es más cara que en otros países cuando los impuestos sobre el carburante son más elevados. La respuesta que repite el Gobierno como un papagayo es que existe el coche eléctrico. Y en esas estamos. Las decisiones que se tomaron hace diez años para contener el precio de la gasolina y del diésel y cómo el mismo afectaba a los españoles son historia. Ahora el Gobierno como mucho se remite al fracasado Plan MOVES III, por el que te dan hasta 8.000 euros por comprar un coche eléctrico nuevo siempre que desguaces el tuyo. Esta alternativa es a la que se aferra el Gobierno para no tomar ninguna medida para contener la escalada. Aunque la misma afecte al precio de prácticamente todo.
El resumen del Gobierno es simple. No trabajarán para contener el precio del combustible a pesar de que organismos internacionales como el panel de Funcas prevea que la inflación y el alto coste de la gasolina se mantendrán a lo largo de este año. Pero además, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, espera el momento adecuado para equiparar los impuestos que le aplican al diésel con los que se le aplican a la gasolina. Vamos, que lejos de bajar, el Ejecutivo espera que el coste del carburante siga al alza. Y la excusa que ponen es que existe una alternativa para la mayoría de los votantes: echarse en manos de un coche eléctrico.
Es evidente que todo esto sumado a la crisis de microchips que impide a las marcas de coches sacar un volumen decente de vehículos nuevos al mercado, incluido eléctricos, complica mucho el futuro del automóvil en España. El mercado de segunda mano ahora está al alza, pero a la espera de que se desplomen los precios por el coste del carburante y por las restricciones que se les aplicarán en las grandes ciudades como Madrid. Pero al PSOE todo esto le importa más bien poco. De momento, el que se queje de que la gasolina está muy cara tiene una respuesta clara por parte del Gobierno: cómprate un eléctrico. Y al que se queje de que no hay disponibilidad de estos coches, se le dice que ya se solucionará.
EL PAPEL DE PERE
Mientras que Pere Navarro entonces sí que hacía acto de presencia y se le conocía en casi todas las esquinas del país, ahora está desaparecido. La razón no es que el director de la DGT no quiera que las cámaras se fijen en él, sino que no comparte en absoluto la estrategia del Gobierno. Ha habido más de un enfrentamiento entre Navarro y altos dirigentes del Ejecutivo precisamente por la política que está llevando a cabo el PSOE. El director de la DGT no está para nada de acuerdo con la forma de hacer política ni lo está con las medidas que se toman tanto para paliar la inflación como para otros asuntos.
Fuentes del ministerio del Interior han filtrado esta conversación privada que tuvieron el director de la DGT con el ministro del Interior en presencia de algunos altos cargos de ambas instituciones estatales. En este encuentro, Pere Navarro le trasladó a Fernando Grande-Marlaska que estando toda la población vacunada ya era hora de relajar las medidas. «La derecha habla de libertad en vez de la izquierda, es el mundo al revés», aseveró el director de la Dirección General de Tráfico. Pero tampoco es que Navarro comparta la posición del Gobierno respecto al alza del precio del carburante.
Asimismo, Pere Navarro aprovechó este encuentro para recomendarle al ministro tomar medidas efectivas en la estrategia de lucha contra la Covid a pesar de la polarización del arco parlamentario. Y es que cabe destacar que la medida estrella del Ejecutivo para la sexta ola de pandemia es la vuelta de la mascarilla en exteriores en todos los lugares excepto cuando se este haciendo deporte de forma individual o en la naturaleza cuando sea posible mantener una distancia de 1,5 metros con otras personas no convivientes. Cabe destacar que desde que el Consejo de Ministro extraordinario aprobó esta medida, España ha sumado más de un millón de contagios, es decir, la mascarilla al aire libre es poco efectiva ya que la variante ómicron sigue pulverizando récords de positivos por coronavirus.