lunes, 25 noviembre 2024

La «torpeza» de Alberto Casero con la reforma laboral eclipsó el brillante trabajo de Teodoro con UPN

Teodoro García Egea hizo todo el trabajo mientras su mano derecha no se apañaba con las nuevas tecnologías. El secretario general del Partido Popular había conseguido, o eso creía, que la reforma laboral se convirtiera en una pesadilla para el Gobierno. El trabajo de Teodoro detrás de los focos había logrado que UPN fuera a votar en contra de la reforma laboral, pero lo haría con un PSOE confiado en que los diputados navarros votarían a favor. Sin embargo, Teodoro no se había percatado de que el despiste de su mano derecha y diputado del PP, Alberto Casero, no se apañaba bien con las nuevas tecnologías y el voto telemático. UPN cumplió. Pero Casero se tropezó contra el ordenador y votó a favor por error dando validez a una reforma laboral que ya forma parte del marco español. El PP, por supuesto, tiene a Casero en el punto de mira de todos los rifles políticos mientras el también exalcalde de Trujillo no sabe dónde esconderse.

El malestar en el PP es doble si se tiene en cuenta el trabajo de Teodoro. Tal y como hizo en Murcia, el secretario general del Partido Popular presumió de su refinada fontanería al conseguir que los diputados de UPN fueran a traicionar al PSOE en una votación fundamental para el Gobierno y, en especial, para la referente de Unidas Podemos, Yolanda Díaz. Sin embargo, Teodoro no se esperaba que un diputado del PP fuera a votar a favor de la reforma laboral por error y mucho menos que quien lo fuera a hacer fuera su mano derecha Si el secretario general es el fontanero oficial del PP, Casero era la herramienta y el chico de los recados de un Teodoro que vio cómo su trabajo se echó por tierra.

Era un día de celebración para el Partido Popular. Pablo Casado esperaba que los movimientos y el trabajo de Teodoro fueran a dar sus frutos un jueves 3 de febrero que sería el principio de su ascenso a la Moncloa. Pero no fue así. El enfado en Génova con Casero es doble. En primer lugar porque ha eclipsado (y de qué manera) el brillante trabajo de Teodoro convenciendo a los diputados de UPN para que votaran en contra de la reforma laboral. Y en segundo lugar porque lo que debía ser un viernes copado de titulares sobre el fracaso de Pedro Sánchez y de la reforma laboral se ha convertido en un viernes lleno de perfiles y memes de Casero ridiculizando la gestión del PP. No hay que olvidar que el brillante trabajo de Teodoro a nivel político sigue estando ahí independientemente de que el exalcalde de Trujillo no se haya entendido con las nuevas tecnologías.

El gran éxito de Teodoro no ha sido solo que los diputados votaran en contra de la reforma laboral, sino que lo fueran a hacer sin avisar del sentido de su voto a los miembros del Gobierno (PSOE y Unidas Podemos). La idea era que el Ejecutivo se esperara una mayoría absoluta a favor de la reforma y que en el último momento se dieran cuenta de que no era así. El plan de Teodoro era que el viernes estuviera repleto de titulares acompañados de las caras de los dirigentes del Gobierno. Pero resulta que un diputado popular se equivocó (y varias veces) a la hora de emitir su voto porque lo quiso hacer desde casa. Y para más detalles, resulta que ese parlamentario es la mano derecha de Teodoro y un político consciente del trabajo que el secretario general ha realizado para conseguir cosechar éxitos para Casado.

La jugada de Teodoro y el brillante trabajo con UPN se ha visto eclipsado por el error de un diputado

Por supuesto, ahora solo está encima de la mesa la dimisión de Casero. El enfado en Génova es monumental porque han pasado de una expectativa alta a convertir la gestión de Casado en una humillación pública. Afortunadamente, la cara que se ha puesto en todos los medios es la de Casero, pero el fallo no beneficia precisamente al presidente del PP, sino más bien todo lo contrario. Algunos hablan de «vodevil», otros de «país de pandereta» y otros de «pucherazo», pero lo que queda claro es que este viernes quien ha copado los titulares (y para mal) es el PP, no el PSOE. La jugada de Teodoro y el brillante trabajo con UPN se ha visto eclipsado por el error de un diputado.

No es un error, sino varios. Cuando se emite un voto telemático en el Congreso, una vez se da al botón de «enviar», el sistema te pregunta que si estás seguro de hacerlo. O bien Casero estaba convencido de que lo había hecho de forma correcta o bien no se enteró muy bien de lo que le estaban preguntando, pero lo cierto es que cuando le imprimieron el justificante de la emisión de su voto, cogió el coche apresurado y se trasladó al Congreso para pedir que cambiaran el sentido de su voto, que se había equivocado. El problema es que el Parlamento no es un lugar donde se elija al delegado de clase y parece que pese a los esfuerzos del PP no habrá cambios en la reforma laboral. Un éxito que beneficia especialmente a Yolanda Díaz en calidad de ministra de Trabajo y de vicepresidenta del Gobierno.