Meter a un personaje tan polémico como Enrique Arnaldo en el Tribunal Constitucional le ha salido caro a Pablo Casado. En Génova tienen claro que el haber premiado a un magistrado con su reputación es una forma de «pagar las deudas pendientes», pero lo cierto es que colocar a Arnaldo en un puesto de relevancia que exige un amplio acuerdo parlamentario ha puesto sobre la mesa la idea de que «todo vale». Y Podemos ahora quiere que su «ángel judicial de la guarda», conocido como José Ricardo de Prada, tenga un asiento inamovible en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en la próxima renovación, siempre que se dé. Por supuesto, el PP está escandalizado con la idea de que de Prada tenga un asiento en el Consejo dado el pasado del magistrado con el partido, pero al haber colocado a Arnaldo, pocos se sienten con la legitimidad para dar una respuesta.
El acercamiento entre el PP y el PSOE se ha vuelto a enfriar. En diciembre había quien daba por hecho que la renovación del CGPJ estaba a la vuelta de la esquina, pero ahora las posturas están mucho más alejadas de lo que estaban hace 30 días. El problema es que la entrada de Arnaldo en el Constitucional ha cambiado las condiciones. Si un perfil como el de Enrique ha sido apoyado por el PSOE, en Unidas Podemos no entienden que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se sienta con los galones suficientes como para vetar a un magistrado como de Prada. Si está Arnaldo en el tablero y Sánchez ha tragado con él, de Prada es condición sine qua non para la renovación.
la renovación del Consejo General del Poder Judicial está más lejos que hace 30 días
Aún así, puede parecer que la exigencia de la presencia de José Ricardo de Prada en las negociaciones como pieza inamovible del tablero sea una demanda «estéril» dado lo alejadas que están las posiciones del PP y del PSOE. De momento, la renovación del Consejo General del Poder Judicial está más lejos que hace 30 días. Y hablar de líneas rojas a algunos les parece algo osado dado que hasta que no se celebren las elecciones generales no habrá garantías de que haya cambios en el CGPJ.
El PP, por su parte, no soporta la idea de colocar a de Prada en el CGPJ en calidad de vocal. El veto interno que tiene este magistrado en la formación conservadora se remonta a una sentencia que echó al Partido Popular del Gobierno. De Prada es la «bestia negra» del PP por su cercanía ideológica a Podemos y sobretodo porque no tuvo ningún miramiento a la hora de condenar al partido entonces en manos del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy por corrupción. Es una obsesión para el PP dejarle claro a de Prada que no tendrá ninguna opción de ascender en el CGPJ si ellos tienen algo que decir. Y permitirle ascender ahora sería una derrota que afectaría al ego del partido.
Esto por en cuanto a lo que consideran en Génova. Pero el punto de vista de Podemos es bien distinto. Para ellos, no es comparable el perfil profesional de José Ricardo de Prada con el de Arnaldo en ningún escenario. En Podemos no entienden que el PSOE haya tragado con un «sapo» como es Enrique con tal de allanar el camino. Pero menos entienden que los socialistas estén dispuestos a complacer al PP dejando fuera a un magistrado que, al margen de sus sensibilidades ideológicas, tiene una trayectoria profesional más que decente. Por todo esto, en Podemos tienen claro que una de sus líneas rojas es José Ricardo. Aunque pueda parecer una exigencia que no irá a ningún lado dado lo frías que están las relaciones entre el PP y el PSOE en estos momentos.
UN CONSEJO QUE NO SE RENUEVA
Si se preguntaba en diciembre, a principios, todos decían que era inminente. Sin embargo, 30 días después suena a ciencia ficción la idea de que Casado y Sánchez lleguen a un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial. Las razones son diversas. El PP quiere que «sean los jueces los que elijan a los jueces» (algo que en la práctica ya es así) y que sea el PSOE el que ceda dando los pasos para aprobar una ley que impida al Congreso y al Senado designar vocales en el CGPJ. El PSOE insisten en que es necesario renovar pero saben que ya tan solo queda año y medio para las elecciones. Con todo esto encima de la mesa, desde Génova, desde el Gobierno y desde el propio CGPJ tienen claro que es muy complicado que haya un acuerdo antes de los comicios generales.
Aún así, hay esperanza. Algunos consideran que en verano se abrirá una pequeña ventana que, si a Casado le va bien en las encuestas, podría permitir que el CGPJ saliera hacia delante. Sin embargo, esta ventana parece cada vez más pequeña dado el calendario electoral. El PP no tiene ninguna prisa en llegar a ningún acuerdo y el PSOE sabe que Casado está en una posición interna delicada. Con estos mimbres, parece imposible imaginarse a Teodoro García Egea manteniendo conversaciones secretas con el PSOE para colocar, entre otros, a José Ricardo de Prada como vocal en el CGPJ.