A Yolanda Díaz le espanta el color morado. Solo pensar en presentarse a las elecciones con el círculo de Unidas Podemos como bandera espanta a más de uno. El problema es que la dirigente gallega ha empezado pronto a escenificar su divorcio con la formación morada. La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo se resiste a hacer campaña en Castilla y León porque es un «caballo perdedor» en esta carrera política. No quiere que nadie la asocie a Podemos y pese a las presiones del equipo que se presenta a las elecciones en esta comunidad autónoma, Yolanda no quiere asociar su perfil al color morado en ningún escenario. No el menos en aquellos donde la izquierda tiene una representación residual.
Que Yolanda buscará otro color y otras siglas para ir a las elecciones generales es un secreto a voces en el Gobierno. Pero que la ministra de Trabajo no quiere que se asocie su imagen a Irene Montero, Alberto Garzón o cualquier «vieja gloria» de Unidas Podemos, no lo es tanto. El problema es que desde Podemos Castilla y León están muy decepcionados con la «apretada agenda» de la vicepresidenta, que aún no ha sacado ni un hueco para ir a la comunidad vecina a hacer campaña por su partido. Desde Podemos son conscientes de que el perfil de Díaz despierta más simpatía entre la izquierda que el de Pablo Iglesias, Irene Montero o el de Alberto Garzón y quieren que se vuelque con ellos. El problema es que el entorno de Díaz está seguro de que si esto es así es porque Díaz no se ha mezclado precisamente con ese discurso tan polémico que mantiene Podemos desde que tocó moqueta.
Podemos está al borde de la desaparición en Castilla y León. El que no haya otra alternativa de izquierdas como sí la había en Galicia mantiene con una representación residual a Unidas Podemos, pero lo cierto es que la polémica de la carne y las macrogranjas unido a la imagen que ha cosechado Podemos en estos dos años de Gobierno ha dejado las expectativas electorales en Castilla y León a la altura del betún. Por esto, el equipo que se presenta quiere que Díaz les ayude a levantar cabeza. Pero la ministra de Trabajo no quiere aparecer más de lo necesario.
El entorno de Yolanda Díaz asegura que es probable que la ministra haga un viaje a Castilla y León. Pero si lo hace, será «express» para no mezclarse demasiado con caballos perdedores. En Podemos no saben qué hacer para levantar las expectativas electorales, pero sí que aseguran ser conscientes de que Yolanda no es de Podemos, sino que tiene planes muy distintos para las próximas elecciones. El color morado, ahora, le produce urticaria a la vicepresidenta. Pero más tensa al entorno de la ministra de Trabajo el tener que asociar su imagen a causas polémicas o a las siglas que no dejan de caer en picado.
Yolanda hará criba. No contará en sus filas con ninguna cara que esté íntimamente asociada al equipo montado por Pablo Iglesias, al menos es lo que deslizan fuentes del Gobierno. La idea es «renovar» al 100% la representación de la izquierda con nuevas caras y con colores y nombres nuevos. De algún modo, Díaz quiere imitar la estrategia de Íñigo Errejón con Más País pero aglutinando a toda la izquierda y quitando esos personalismos cargados de testosterona como el del propio Errejón. Castilla y León o cualquier otra comunidad autónoma no ocupan ahora mismo una posición relevante dentro de las prioridades de la ministra. De hecho, hay quien desliza que de cara a las elecciones autonómicas y municipales no se mojará montando su plataforma.
PERFILES DISCRETOS
La vicepresidenta Segunda del Gobierno de España y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha arrancado el año con fuerza y ya ha comenzado a realizar los primeros movimientos para constituir su plataforma en Madrid. Díaz tiene claro el tipo de personas que busca en su equipo y conoce a la persona perfecta para montar la estructura de la formación política en Madrid: Tania Sánchez. La ministra quiere fichar a la diputada para lleve a cabo el trabajo de fontanería de su partido en Madrid.
El objetivo es aglutinar a todas las formaciones de izquierda bajo las mismas siglas para unir fuerzas. Por ello, Díaz ha arrancado las «conversaciones con la sociedad española» como ella lo llama, y los primeros en acudir a la llamada han sido los díscolos de Más Madrid y el propio Íñigo Errejón. Sin embargo, necesita ayuda en esta tarea de sumar adeptos a sus filas y la ministra sabe que Sánchez es la persona indicada para llevar a cabo esta misión.
Así, Díaz pretende fichar a Tania para que acuda a todos los municipios de la región madrileña, negocie con los distintos políticos y, lo más importante, consiga agrandar la lista de nombres para la plataforma de Madrid de la ministra. Al más puro estilo «fontanero», como se denomina en la política a quienes realizan este tipo de labores. Y es que constituir el engranaje político de un partido no resulta nada fácil, aunque Tania ya tiene experiencia en estos trabajos.