El queso es uno de los productos más consumidos en España, y en el resto de Europa. Según las estadísticas, está presente en casi el 90% de las cestas de la compra de los hogares del país. De media, se calcula que un español consumo algo más de 8 kg de queso al año, lo que puede variar según la región. Muchos lo toman a diario, en el aperitivo, como snack con un poco de pan o como ingrediente parte de un montón de recetas. Incluso es costumbre en algunas casas, tomar algo de queso como postre.
3CORTEZAS NATURALES: NO SIEMPRE SE DEBEN COMER
Los quesos, como vemos, pueden tener cortezas artificiales o naturales. Las naturales son aquellas que están compuestas del propio queso, pero que por el proceso de elaboración se han convertido en una costra endurecida. Este endurecimiento está provocado por la pérdida de agua en la parte externa durante el secado y al desarrollo de determinados microorganismos. En estos quesos, la corteza cumple una función similar a la cáscara de la fruta, que se puede pelar o comer tal cual. La diferencia es que la fruta se puede lavar bajo el grifo y el queso no. Si se trata de una pieza comprada a la fábrica y se presenta bien envuelto, se puede comer la corteza sin problema. En el caso de que haya estado expuesto para su venta, mejor desechar esa parte.