La sostenibilidad ha entrado de lleno en la sociedad, y por ende, también en sus alcobas. Cada vez preocupa más el medio ambiente, y el placer sexual también parece haberse comprometido con el entorno natural. Por ello, es momento de adentrarse en las diferentes opciones que ofrece el mercado para amarse sin tener que dañar por ello a la naturaleza.
Sin duda, en determinadas circunstancias puede ser necesario emplear un lubricante, dado que, gracias a ellos, se reducen las posibles molestias ocasionadas por fricción. Incluso se eliminan los agentes contaminantes y, por supuesto, aumenta el placer.
Tanto es así que, según un estudio, el 43 por ciento de la generación millennial afirma emplear lubricantes en su vida íntima. Dicha tendencia se ha acogido con entusiasmo, pues ha servido para salir al paso de problemas concretos como la sequedad vaginal, un escenario bastante habitual en las edades más avanzadas con la irrupción de la menopausia.
Dicho esto, es importante en qué hay que fijarse a la hora de escoger un lubricante natural con etiqueta eco:
- La importancia del envase. No se debe pasar por alto que la actual es la era del plástico, que no solo plaga los mares, sino que incluso pueden hallarse restos de microplásticos en el aire. Sin duda, los momentos de mayor placer no pueden obviar este detalle. Por lo tanto, se procurará escoger aquellos que estén fabricados con plástico reciclado e incluso vidrio, que es un material que –a diferencia del plástico– admite infinitos reciclajes.
- Prestar atención a los ingredientes. Ciertas plantas como el aloe vera pueden servir de lubricante, y de sus estupendas cualidades está al tanto la industria que la incluye en la fabricación de estos productos. Aunque es cierto que los lubricantes que contengan ingredientes 100% orgánicos no son frecuentes. En cualquier caso, debe quedar claro que, si se utiliza preservativo, es recomendable buscar un lubricante natural al agua para que no pueda dañar ni romper el látex. En definitiva, no son recomendables los de base grasa o de aceite.
En el caso de que gusten las duchas eróticas, un contexto en el que se suele recurrir a los lubricantes, es importante saber que el agua es un auténtico tesoro y no conviene derrocharla por un momento de pasión a remojo. Según el Foro de la Economía del Agua de la Universidad de Alcalá, se gastan unos 100 litros por persona y día. Para colmo, únicamente el 0,007 por ciento del agua existente en la Tierra es potable, e incluso ese ínfimo número se reduce año tras año a causa de la contaminación.
Si bien es cierto que, para muchos, el lubricante más natural y ecológico es el que proporciona la saliva, tanto para sexo vaginal como anal, es importante tener presente que se seca al poco tiempo. Esto obligaría a realizar una aplicación continua y abundante para conseguir resultados, algo que, sin duda, restaría intensidad a la relación.