El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quiere adelantar las elecciones porque no se fía de que Ciudadanos recurra de nuevo a una moción de censura para cambiar las tornas. Pero en cualquier caso, la preocupación de Mañueco no se centra solo en los pasos que pueda dar o no la formación naranja, sino que sabe que Génova le ha cogido la matrícula desde que en plena pandemia intentara maniobrar en contra de los intereses del presidente del partido, Pablo Casado. Ahora, con un escenario electoral incipiente y con la guerra del PP de Madrid como telonera de los comicios generales, Mañueco tiene los ojos del secretario general del PP, Teodoro García Egea, clavados en la nuca. O da un paso en favor de Casado y de claro apoyo a los intereses del presidente popular, o su candidatura no contará con el total respaldo del aparato del partido, tal y como detallan fuentes del PP.
El presidente de Castilla y León es uno de los populares más cuestionados por la cúpula. En plena pandemia maniobró en favor del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, para tumbar a un Casado al que no le favorecían las encuestas. Entonces, el PP decidió dejarlo pasar sin quitarle el ojo a Mañueco. Pero ahora que la situación electoral del presidente de Castilla y León es más delicada (especialmente de cara al futuro), desde Génova esperan un gesto y tiene que ver con la guerra interna del PP. Mañueco, por el momento, no ha tenido el valor de entrar en defensa de Casado dentro de este choque que mantiene con la líder popular de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Hasta ahora, las únicas palabras que Mañueco ha hecho en referencia a la guerra del PP han sido interpretadas por Génova como «más favorables» a los intereses de Ayuso que a los del resto. Y si esto sigue así, Teodoro tomará medidas contra un presidente autonómico tan incómodo como Mañueco.
García Egea dio el primer paso para que Mañueco reconociera en abierto la autoridad de Casado
Teodoro García Egea está muy atento a los pasos de Mañueco. Y pese a que de cara a la galería le ha dado su total apoyo al presidente autonómico, lo cierto es que hay un congreso que planea sobre la sombra de Mañueco que amenaza con apartarle como candidato una vez pasen estas inminentes elecciones que están por celebrarse antes de tiempo. García Egea dio el primer paso para que Mañueco reconociera en abierto la autoridad de Casado al decir que veía en el ejecutivo autonómico «el mejor ejemplo de partido en el Gobierno». Una vez dicho esto, desde Génova esperan con ansia la réplica de Mañueco en la que deje claro que Casado es su candidato y que su autoridad está por encima de todo.
Las frases del presidente autonómico no han sido muy alentadoras. De hecho, hay quien en Génova aseguran que Casado no tiene autoridad desde que Ayuso se negara a aceptar las órdenes que venían de Teodoro. Estas mismas fuentes deslizan que Mañueco se ha mantenido fiel a sus principios y no ha querido atacar a Ayuso en público. El propio presidente autonómico aseguró que serían los afiliados quienes decidirían quién se haría con el Partido Popular de Madrid en un evidente intento de mantener la equidistancia. Una equidistancia que ha sido leída desde Génova como un ataque a los intereses de Casado. Y eso le puede complicar la vida a Mañueco.
García Egea le ha cogido la matrícula a Mañueco desde 2020, pero ahora querría enterrar el hacha de guerra para que la victoria esperada del presidente de Castilla y León en su territorio contribuya a inflar las expectativas electorales de Casado. Pero Mañueco no da el paso que esperan desde Génova. Decir que los militantes decidirán es lo mismo que no decir nada. Lo que busca el secretario general del PP es que los demás barones cierren las expectativas a futuro de Ayuso. Y para ello la mejor forma es la de reconocer ante todos la autoridad de Casado. Una autoridad socavada por Ayuso que ha dejado en evidencia que el poder reside en quienes tienen capacidad de acción, como los presidentes autonómicos, y no en quienes se erigen como presidentes de un partido que no es nada sin el control de la administración pública.
Y sobre los presidentes autonómicos también ha hablado Mañueco. A este respecto, el líder popular ha querido recordar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que los barones han hecho mucho más por España que el líder socialista, una afirmación que ha sido recibida con cierto escepticismo en Génova dado que entienden que ensalzar la labor de los presidentes autonómicos no solo es algo que le beneficia a él, sino a Ayuso.
Que Mañueco se resista a dar ese paso que esperan desde Génova tiene que ver con que en su círculo más estrecho asegura no sentirse cómodo con la presidencia de Pablo Casado. Ya maniobró para que Feijoo viniera desde Galicia a acelerar un proceso electoral interno que no llegaba (y que aún no tiene ni fecha prevista hasta que pasen las elecciones generales). Y ahora, según detallan fuentes del partido, se resiste a dar su apoyo a un Casado que ve fuera del PP en pocos años. Su apuesta va más lejos y su lealtad también. Sea Feijoo, Ayuso o Juan Manuel Moreno Bonilla, el presidente de Castilla y León espera ascender con otro candidato. No con Casado.