Ejemplares en su comportamiento, valientes, leales, de impecable uniformidad, disciplinados, discretos y buenos compañeros. Así deben ser los infantes de Marina según la guía de conducta publicada por el Ministerio de Defensa y que extiende estas características no solo a su labor como militares sino también a su día a día civil.
Se trata de una publicación, dirigida a los alumnos de la Escuela de Infantería de Marina ‘General Albacete y Fúster’ y que tiene el objetivo de afianzar en los nuevos infantes los valores tradicionales del Cuerpo y sus singularidades como soldados que actúan en el mar o desde el mar.
«El libro que tienes ahora en tus manos busca recordarte lo que en las distintas etapas de tu vida como soldado de mar deberás tener en cuenta y aplicar para no deshonrar a los que estuvieron, a los que están hoy y a los que vendrán mañana –explica a los alumnos el que fuera comandante general de Infantería de Marina hasta febrero de este año, el general Antonio Planells–. Las predisposiciones de las que los infantes de marina nos vamos dotando a lo largo de nuestra vida militar para obrar bien marcan nuestro carácter».
En este sentido, la guía de conducta repasa las virtudes militares básicas que la Infantería comparte con el resto de Fuerzas Armadas, como el honor, el valor, la disciplina y la lealtad. «Su observación significa que cada uno de nosotros las ponga por delante de cualquier gratificación o interés personal», avisa.
Pero además de ahondar en la importancia de cada una de ellas, insiste en que el Cuerpo posee una serie de rasgos particulares que «resisten el paso del tiempo y que han ayudado a los infantes de Marina de todas las épocas a salvar los obstáculos de cada coyuntura histórica».
Uno de ellos sería la discreción, más importante aún en el siglo XXI en el que la información viaja en tiempo récord por todo el mundo y que se exige a los infantes como una manera de servir «abnegada, callada y austera».
También incluye su aspecto personal, «la impecable uniformidad, la buena presencia, la marcialidad y corrección en el comportamiento» como manera de contribuir a fomentar la «aceptación» de los infantes de Marina, «aprecio y buena imagen». «Como infantes de Marina, además de tratar de ser excelentes soldados, debemos perseguir siempre ser excelentes ciudadanos», ahonda.
NAVEGAR POR LA VIDA COMO POR LA MAR
Con ello, el código emplaza a los nuevos infantes a tener en cuenta todos estos principios éticos no solamente en ejercicio de su labor militar, sino en todos los ámbitos de su día a día «convirtiéndolos en una norma de vida».
«Porque navegamos por la vida como navegamos por la mar y la mar nos define», avisa incluyendo entre sus funciones la defensa de quienes sufren violencia o agresiones, estar al lado de los más débiles o desprotegidos o defender los valores de la sociedad a la que sirven.
Y todo dispuestos a dar su propia vida, como recuerda que dijo el Quijote a Sancho en la obra de Miguel de Cervantes: «Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida». «Así nosotros, infantes de Marina, hombres y mujeres de acción, si es preciso aventuraremos también la vida», insta la guía de comportamiento a los nuevos alumnos.
La Infantería de Marina es una unidad operativa anfibia de élite encuadrada dentro de la Armada España y se considera la más antigua del mundo, creada el 27 de febrero de 1537 por el rey Carlos I. Sus funciones principales derivan precisamente de su carácter anfibio y operatividad por mar y tierra, permitiendo su proyección sobre una costa hostil.