“Las reformas económicas de Senegal y sus datos económicos lo convierten en uno de los países más atractivos de África para la inversión de empresas extranjeras”. Este ha sido uno de los tantos elogios del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, hacia su par el senegalés Macky Sall, durante su última visita al país africano en abril de este año. Desde aquella visita del mandatario español, la capital costera de Dakar, ha visto desfilar por sus calles a importantes figuras internacionales, como el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. Dakar también se ha convertido en el escenario de eventos internacionales como el caso del Foro de Cooperación China-África (FOCAC) que acaba de concluir y también albergará en los próximos días el Foro Internacional de Dakar sobre Paz y Seguridad en África. Sin duda, la agitada agenda diplomática de Senegal demuestra que los elogios de Sánchez no han sido exagerados.
En el contexto de la crisis sanitaria internacional derivada de la pandemia del Covid-19, Senegal ha comprendido que la única forma de avanzar hacia una situación de paz y seguridad en el continente es integrando todas las dimensiones de la crisis actual. Es ilusorio aspirar a la paz, cuando las dificultades económicas y la desesperanza de la población contribuyen al avance del terrorismo violento. Es por eso que Senegal, fiel a su liderazgo histórico, sigue consolidando su posición como faro de la diplomacia internacional.
En los últimos meses, la nación africana ha cosechado los resultados de una estrategia que lleva tiempo gestándose. Ahora, mientras África sortea los desafíos que supone el recrudecimiento de la pandemia, Senegal toma la delantera y demuestra que la lucha por la paz y la seguridad es impostergable. Mientras tanto, las grandes potencias se disputan por extender su influencia en la región.
Ejemplo de ello es el paso por Dakar de Antony Blinken, quien eligió Senegal para el broche de oro de su primera gira oficial al continente africano. Con foco en la cooperación en asuntos como el desafío climático, la energía renovable y la pandemia del Covid-19, la visita de Blinken fue una manera de estrechar los lazos entre Estados Unidos y la región anticipándose a la celebración del FOCAC.
Celebrado por última vez hace tres años en Beijing, esta vez, la octava edición del Foro de Cooperación China-África se trasladó a Dakar y concluyó con un importante mensaje por parte del ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi. “China será siempre el socio más sincero, fiable y a largo plazo de África”, sentenció el consejero de Estado chino, dejando en claro que China no se dejará intimidar por la pasada visita de Blinken y que seguirá insistiendo en fortalecer los lazos y avanzar hacia “la construcción de una comunidad del futuro chinoafricana”.
Con la conclusión de la FOCAC, llega el turno de otro de los grandes eventos que marcará el camino para el desarrollo, la seguridad y la paz en África. Se trata de la séptima edición del Foro Internacional de Dakar sobre Paz y Seguridad en África, una cita ineludible y un lugar de encuentro de las democracias internacionales con el continente africano. Japón, Estados Unidos, la Unión Europea, Francia, Portugal, España, Finlandia, entre otros, se reunirán allí este año para allanar el camino de la cooperación basada en valores comunes.
La próxima edición, que tendrá lugar los días 6 y 7 de diciembre, girará en torno a dos asuntos principales. El primero, la estabilidad y los desafíos de seguridad en el período post-Covid. El segundo, corresponde a la consolidación de la paz y la seguridad en África para promover la emergencia tras la pandemia.
Esta nueva edición del Foro Internacional de Dakar sobre Paz y Seguridad en África promete ser la ocasión perfecta para que Senegal siga reforzando su liderazgo en la diplomacia africana y así lo demuestra el listado de prestigiosos asistentes que desembarcarán en Dakar, entre quienes figura el invitado de honor, el presidente de la República de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa. También se espera la presencia del presidente de Guinea-Bissau, Umaro Sissoco Embaló, del presidente de Níger, Mohamed Bazoum, del presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat y del presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer. Otras figuras internacionales de gran renombre que participarán del evento son el presidente del Consejo Europeo Charles Michel y los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Portugal y España, junto con representantes de alto nivel de Finlandia, Noruega, Eslovenia y Japón.
A diferencia de las ediciones anteriores, en esta oportunidad, el foco estará puesto en temas de salud, demográficos y climáticos. También se les dará una mayor prioridad a asuntos relacionados con el rol de la mujer y de los jóvenes. Sin duda, son todos temas clave para la agenda africana y en particular para el plan integral presentado por el Gobierno senegalés para un Senegal emergente (PSE), a través del cual el presidente Sall busca llevar al país por el camino del desarrollo para 2035.
Pero el Foro Internacional de Dakar sobre Paz y Seguridad en África no es el último evento de la cargada agenda diplomática de Senegal. Al país le esperan grandes proyectos hacia principios de 2022, cuando el mandatario Sall asuma la presidencia rotatoria de la Unión Africana en febrero. Una oportunidad para seguir consolidando su liderazgo en la región.
