Parece que Luca de Meo sigue a pies juntillas su plan de marginar a España en la nueva etapa industrial que afronta Renault, tal y como ha publicado MERCA2.es. La plantilla española del Grupo Renault denuncia que la dirección de la compañía gala ha decidido luchar contra la crisis de suministros de componentes electrónicos aislando sus plantas en España y primando el envío de materiales a las que tiene en el extranjero, entre las que destacan las ubicadas en Corea del Sur, Rusia e incluso Marruecos, país vecino que sirve a muchos empresarios para deslocalizar su producción por los menores costes laborales y su cercanía con Europa.
Los trabajadores piensan que esta es la principal razón de que la compañía haya comunicado a los trabajadores la ampliación del Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) hasta finales de junio de 2020 en sus factorías de Palencia y Valladolid. Aunque un portavoz oficial de Renault asegura a este diario que «esto no es así» y afirma que no hay documentos que prueben estas acusaciones, fuentes laborales del grupo galo que preside el italiano Luca de Meo consultadas por MERCA2 acusan a la dirección de desabastecer las plantas hispanas beneficiando a las foráneas.
Las citadas fuentes destacan el «sentimiento de abandono e indignación» que reina en la plantilla de su filial española tras confirmarse sus peores temores. «Cada día está más claro que Renault no apuesta por España y que a medio plazo peligra nuestro futuro, hasta el punto de que muchos compañeros podrían incluso plantearse marcharse a trabajar en las plantas que la empresa tiene en Asia para no perder el empleo», señalan.
Precisamente una de las factorías preferidas por la dirección francesa es la que está ubicada en Busan (Corea del Sur), que sirve de planta de ensamblaje de vehículos que luego se venden también en Europa. El Renault Koleos, conocido en Corea del Sur como el QM6, es uno de los modelos estrella que se fabrican allí, donde la firma opera bajo la marca Samsung. El pasado julio esta planta se vio obligada a reducir actividad por la escasez de chips y el grupo prefiere priorizar los envíos aunque sea a costa de perjudicar a su filial española.
La apuesta asiática de la compañía francesa para producir coches híbridos en China también es otro de los elementos que preocupa a los trabajadores de las factorías españolas, sobre todo después del acuerdo firmado con el Grupo Geely con el que la firma vuelve al gigante asiático tras salir el pasado año, al terminar su acuerdo con Dongfeng Motor Group. Es necesario indicar que las marcas extranjeras solo pueden operar en China si se asocian con firmas locales. Sólo Tesla está exenta tras llegar a un acuerdo Elon Musk con el Gobierno del país.
RENAULT MIRA HACIA ASIA
Además de Corea del Sur y China otros países en los que tiene factorías Renault y que recibirán los componentes electrónicos antes que las situadas en España son Rusia y Marruecos. En el país que preside Vladimir Putin el grupo galo tiene la fábrica más grande del mundo, desde que la adquirió hace unos años tras una dura pugna con General Motors. Es allí donde se producían los icónicos Lada, que eran los coches del régimen soviético y que motivaron incluso uno de los famosos chistes que Ronald Reagan solía contar cuando era el presidente de EEUU durante la guerra fría.
En la actualidad la planta se dedica a producir los vehículos Dacia, destinados a un público de menor poder adquisitivo que los modelos más caros de la compañía y que han tenido una gran aceptación entre el público español. El pasado febrero Renault anunció que su factoría en Moscú había aumentado el presupuesto para acometer un proceso de modernización que incluía la instalación de 150 robots fijos para producir vehículos. Además, el proceso logístico dentro de la planta también está totalmente automatizado, ya que los componentes y las piezas se entregan y transportan mediante 160 drones de fabricación propia.
En cuanto a Marruecos, la empresa que dirige Luca de Meo dispone de dos factorías, en Tánger y Casablanca, donde también se ensamblan los diferentes modelos de Dacia y que son muy importantes para la economía de la región. El pasado mayo el grupo galo presentó en sociedad un nuevo modelo, el Renault Express, de la mano de su filial marroquí y acompañado por las autoridades del país, un coche elaborado totalmente en el país africano. Renault espera convertir el reino alauí en un país competitivo similar a China e India en la producción de vehículos y por eso enviará los chips que niega a sus plantas españolas.
ERTE HASTA JUNIO DE 2022 ¿Y LUEGO ERE?
Todo esto se produce en medio de un nuevo ERTE que ha provocado un duro golpe en las plantillas de las dos plantas afectadas (Palencia y Valladolid), aunque en la de Sevilla temen ser los siguientes. Durará siete meses, del próximo 1 de diciembre al 30 de junio de 2022, y afectará a 8.777 empleados, según la propuesta que ha entregado Renault a los sindicatos.
Ahora se abre un periodo de negociaciones en el que los representantes laborales pedirán que se mejoren las condiciones para dar su visto bueno a la propuesta de la empresa.
No obstante, el mayor temor de los empleados españoles de Renault es que tras esta ampliación la firma decida presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), tal como avanzó este diario el pasado septiembre. Las fuentes internas consultadas indican que la falta de componentes provocará que este año el volumen de unidades fabricadas en nuestro país caigan un 50%, desplome que se agudizará con la decisión de la compañía de abastecer primero a las factorías que tiene en otros países.