Génova pone en el punto de mira a Feijoo tras usar la crisis para ‘venderse’ como alternativa

El Partido Popular no se cree las palabras del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo. El enfado en Génova por los comentarios vertidos por el barón popular no son del agrado del entorno de Pablo Casado (en especial del secretario general del PP, Teodoro García Egea) dado que entienden que es una forma de «chupar cámara» y sobretodo de dar una imagen de un nuevo perfil alternativo que engrandezca su figura de cara a un inminente congreso que defenestre al actual presidente de la formación conservadora. A Feijoo le faltó decir que le daba vergüenza ajena la guerra por controlar el PP de Madrid que disputan Casado y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El equipo del presidente gallego intentó explotar la imagen de Feijoo aprovechando la coyuntura, pero Génova le ha cogido la matrícula y avisan: «conocemos de sobra las intenciones que tiene Feijoo».

estos mensajes no gustaron en Génova porque saben cuáles son las intenciones de Feijoo

Cual salvador, el presidente gallego se puso ante las cámaras con toda la intención de colar un mensaje crítico hacia sus compañeros en Madrid. «Hay interés por generar ruido, que no beneficia a nadie, y mucho menos a los que lo generan», detalló el presidente de Galicia en tono solemne. Para luego asegurar que «no es inteligente» mantener esta guerra (mensaje dirigido tanto a Casado como a Ayuso) y después aclarar que espera que las «cosas se sosieguen» porque son «compañeros». Y finalmente dejó claro que espera que gane «la candidatura mejor». Pero todos estos mensajes no gustaron en Génova porque saben cuáles son las intenciones de Feijoo y sobretodo aseguran ser conscientes de que el presidente de Galicia tiene las maletas preparadas en la puerta de su casa para venir a Madrid una vez Casado fracase. De ahí que aseguren conocer de sobra las intenciones del líder popular.

En el Partido Popular es un secreto a voces que Feijoo lleva tiempo maniobrando para hacerse con el control del partido, solo que es más cauto y discreto que la presidenta de la Comunidad de Madrid. La crisis de liderazgo que rodea a Casado es perpetua y esto ha motivado muchas conjuras. En el caso de Feijoo, fue en plena pandemia cuando más movió los hilos para intentar forzar un congreso nacional que acabara con el reinado «estéril» de Casado. Sin embargo, el giro en las encuestas que lideró Ayuso arrastró a Casado y Feijoo decidió enterrar las armas hasta que llegaran vientos más favorables. Para Génova, el mensaje lanzado esta semana de crítica hacia la guerra por el PP de Madrid es simplemente un modo que tiene Feijoo de acaparar las cámaras y de vender una imagen de moderación, autocontrol y sobretodo de inspirar a los militantes de que hay una alternativa a Casado más prometedora.

«A Feijoo no le preocupa la guerra por el PP de Madrid», aseguran fuentes solventes del PP. «A Feijoo solo le preocupa cómo ocupar el puesto de Casado», detallan. El propio entorno cercano de Feijoo lo reconoce. De hecho, insisten en que el único problema que tiene el presidente autonómico con conducir 600 kilómetros por la carretera de La Coruña es que aún no tiene claro quién está a la altura para sucederle al frente de la Xunta y del PP de Galicia. Pero por lo demás, las maletas de Feijoo están en la puerta de su casa desde que Casado obtuvo los peores resultados de la historia del PP.

Aún así, Feijoo no perdió la oportunidad de lanzar un recado a Casado, su principal escollo para hacerse con el control del Partido Popular y convertirse en candidato a las elecciones generales. El mensaje de Feijoo también deslizó cierto apoyo a la candidatura de Ayuso para controlar la delegación, algo que tampoco ha gustado nada en Génova. «En el PP los presidentes autonómicos son también presidentes de sus partidos. Es lo habitual, pero para eso tiene que ganar el congreso», detalló el presidente de Galicia en referencia a la guerra que mantienen ya con poco disimulo Pablo Casado y Ayuso.

ALMEIDA, EN EL FUEGO CRUZADO

La guerra interna en el Partido Popular de Madrid se recrudece por momentos, pero hay uno de los contendientes que no quiere entrar en una pugna que le deje tocado a nivel político. El último jueves de octubre, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, comieron juntos en la Real Casa de Correos. La versión oficial que intentan vender desde ambas administraciones es que los «partners» tienen una relación magnífica, pero la realidad es que Almeida quiere evitar el choque con la líder popular por todos los medios y le propuso vías alternativas para evitar unas primarias abiertas. La pretensión de Almeida por hacerse con el PP de Madrid le viene impuesta. El alcalde obedece las órdenes de Génova y quiere evitar a toda costa el salir mal parado al verse envuelto en la guerra que enfrenta a Pablo Casado con la presidenta autonómica. Génova quiere cortar las alas a Ayuso y Almeida es su herramienta, pero el alcalde se ha revuelto contra Casado y busca la forma de sobrevivir.

La tensión está alta, pero no entre Almeida y la presidenta de la Comunidad de Madrid. Quienes viven momentos duros son Casado y su núcleo duro, que ven en Ayuso una amenaza para el «estéril» liderazgo, tal y como lo denominan los díscolos, del presidente del Parido Popular. La comida en la Real Casa de Correos no mantuvo un mal ambiente, pero sí algo de tensión. Almeida propuso a la presidenta autonómica terceras vías para evitar un enfrentamiento abierto porque sabe que eso solo le perjudicaría a él, el chivo expiatorio de Génova para trunca el ascenso político de Ayuso. Si por Almeida fuera, tal y como relata su entorno, no se habría metido en la carrera por controlar el PP de Madrid. Sin embargo, las presiones de Génova, esas mismas que llevaron a Almeida a asumir el cargo de portavoz cuando su verso libre le traía más rédito político que nunca.