La guerra interna en el Partido Popular de Madrid se recrudece por momentos, pero hay uno de los contendientes que no quiere entrar en una pugna que le deje tocado a nivel político. El último jueves de octubre, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, comieron juntos en la Real Casa de Correos. La versión oficial que intentan vender desde ambas administraciones es que los «partners» tienen una relación magnífica, pero la realidad es que Almeida quiere evitar el choque con la líder popular por todos los medios y le propuso vías alternativas para evitar unas primarias abiertas. La pretensión de Almeida por hacerse con el PP de Madrid le viene impuesta. El alcalde obedece las órdenes de Génova y quiere evitar a toda costa el salir mal parado al verse envuelto en la guerra que enfrenta a Pablo Casado con la presidenta autonómica. Génova quiere cortar las alas a Ayuso y Almeida es su herramienta, pero el alcalde se ha revuelto contra Casado y busca la forma de sobrevivir.
La tensión está alta, pero no entre Almeida y la presidenta de la Comunidad de Madrid. Quienes viven momentos duros son Casado y su núcleo duro, que ven en Ayuso una amenaza para el «estéril» liderazgo, tal y como lo denominan los díscolos, del presidente del Parido Popular. La comida en la Real Casa de Correos no mantuvo un mal ambiente, pero sí algo de tensión. Almeida propuso a la presidenta autonómica terceras vías para evitar un enfrentamiento abierto porque sabe que eso solo le perjudicaría a él, el chivo expiatorio de Génova para trunca el ascenso político de Ayuso. Si por Almeida fuera, tal y como relata su entorno, no se habría metido en la carrera por controlar el PP de Madrid. Sin embargo, las presiones de Génova, esas mismas que llevaron a Almeida a asumir el cargo de portavoz cuando su verso libre le traía más rédito político que nunca.
las constantes ofertas de Almeida no sedujeron a la presidenta de la Comunidad de Madrid
Sin embargo, las constantes ofertas de Almeida no sedujeron a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Se habló de bicefalias y de otras alternativas que evitaran la guerra. Pero tal y como comenta el entorno de Ayuso, la líder popular tiene claro que quiere el control del PP de Madrid y hará lo que tenga que hacer para llegar al puesto de presidenta de la delegación del partido. Desde Génova insisten: «es evidente que lo quiere como trampolín para llegar a la presidencia del Partido Popular». Pero el entorno de Ayuso lo niega categóricamente desde el punto de vista oficial.
Almeida busca no erosionar más su figura. Pero Ayuso tiene una ambición algo más popular en el partido, nunca mejor dicho. Para el equipo de la presidenta de la Comunidad de Madrid es fundamental vender de puertas hacia afuera que la única intención de Ayuso es extender la popularidad de la dirigente popular en todas las delegaciones del PP en la autonomía (de ahí que quiera hacerse con el PP de Madrid), pero no a nivel nacional. Vamos, que quieren decirle a todos que Ayuso quiere quedarse en Madrid y no tiene ninguna intención de derrocar a Casado antes de que se celebren las elecciones generales. Y es este último el matiz clave. Lo que cuentan las fuentes del entorno de la presidenta es que sería un «suicidio político» intentar derrocar a Casado antes de tiempo por la imagen que daría dentro del partido. De hacerse, se hará una vez Casado no consiga la Moncloa. Y las encuestas internas del PP de la Comunidad de Madrid y de Génova manejan esa posibilidad.
Isabel Díaz Ayuso no es bienvenida en Génova y ella lo sabe. Pero su opinión sobre Almeida no es tan negativa. Cuando insisten en venderse como partners es porque la administración de Ayuso no considera a Almeida un enemigo, sino un pelele que manejan desde Génova con intención de cortarle las alas por miedo a su popularidad. Esta percepción es común a casi todos los dirigentes de la Comunidad de Madrid. Y el miedo de Casado a Ayuso también está confirmado por las propias fuentes de Génova. Entretanto, Almeida busca un hueco por el colarse para ascender y dejar el Ayuntamiento de Madrid, una aventura que le ha gustado pero que ya le cansa, especialmente porque ya tiene un ministerio o una vicepresidencia como horizonte político más cercano.
Ayuso no quiere defenestrar a Almeida, pero lo hará si es necesario. Su entorno asegura a MONCLOA.com que no se frenarán por nada. Para la presidenta de la Comunidad de Madrid sería ideal que no pusieran piedras en su camino, como pareció que pasaría cuando el secretario general del PP, Teodoro García Egea, lanzó su apoyo sin reservas a Ayuso para presidir el PP de Madrid. Sin embargo, ahora las primarias abiertas parecen inevitables. Y Ayuso no tiene intención de eludirlas en ningún caso. Es Almeida el único que, por supervivencia, quiere encontrar vías alternativas que eviten un conflicto que ni el propio alcalde ve claro.
Las bases del PP de Madrid parece que se inclinarán más por apoyar a Ayuso que a Almeida. O al menos es lo que se percibe cuando se habla con el entorno de la presidenta. El alcalde, entretanto, sigue vendiendo a los suyos que tiene controlados todos los municipios prácticamente y los distritos.