La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha advertido de que algunas emisiones recientes de bonos verdes podrían estar incentivando el ‘greenwashing’, al incorporar cláusulas que impedirían al inversor reclamar en caso de que el emisor incumpla los compromisos asumidos, un riesgo que podría evitarse si se fijase contractualmente una penalización por incumplimiento de los objetivos medioambientales.
Según ha relatado durante su intervención en la jornada sobre finanzas sostenibles organizada por la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, la transición hacia una economía baja en carbono conlleva costes, lo que requiere de elevados volúmenes de financiación y, en este sentido, los mercados financieros son claves para canalizar los recursos necesarios.
La UE trabaja en el desarrollo de una estrategia común en finanzas sostenibles desde hace años, pero el desarrollo de la nueva regulación «es complejo, laborioso e inevitablemente lento si se quiere hacer bien y con el necesario consenso y apoyo político», ha apuntado Delgado, quien ha puesto los bonos verdes como ejemplo de cómo los mercados financieros han tenido que hacer frente a la «lentitud legislativa», anticipando instrumentos que permitan la obtención de financiación para canalizar recursos hacia proyectos sostenibles.
La subgobernadora ha recalcado que todavía no se han aprobado unos estándares europeos de bonos verdes y la taxonomía común está incompleta, por lo que la emisión de este tipo de bonos se enfrenta a una serie de riesgos, siendo el primero de ellos el cumplimiento y verificación de los compromisos adquiridos por sus emisores.
«Las últimas emisiones están incorporando cláusulas por las que el inversor no pueda reclamar en caso de incumplimiento de los compromisos del emisor, lo que incrementa el riesgo reputacional y la sensación de que se esté produciendo un cierto ‘greenwashing'», ha reconocido.
Otro aspecto que, en su opinión, refuerza esta preocupación por la posible existencia de ese ‘greenwashing’ o ‘ecopostureo’ es que un reciente estudió del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) revelaba que la emisión de bonos verdes no estaba implicando una disminución de la huella de carbono distinta a la que tenían las empresas que no habían emitido bonos verdes, lo que respondería a que «los fondos obtenidos con bonos verdes también liberan recursos que se podrían destinar a inversiones con mayor huella», ha explicado Delgado.
En este escenario, la subgobernadora del Banco de España ha resaltado que una solución para evitar dichos problemas sería que el tamaño del cupón tuviera una penalización para el emisor si este no cumple con los objetivos marcados en el momento de la emisión del bono verde, como podría ser la reducción de la huella de carbono de la empresa en un porcentaje y fecha concretos.
«Por un lado, la penalización por incumplimiento de los objetivos medioambientales quedaría fijada contractualmente. Por el otro, al estar ligada al comportamiento del conjunto de la empresa y no a una inversión concreta también evitaríamos los riesgos de incentivar el greenwashing», ha explicado Delgado.
En cualquier caso, la subgobernadora ha puesto en valor que los bonos verdes tienen la ventaja adicional de no excluir a ninguna empresa, permitiendo que las compañías con mayor huella de carbono puedan hacer uso de estos instrumentos para financiar su reconversión hacia un modelo medioambientalmente sostenible.
Delgado ha finalizado su intervención mostrando su confianza en que el Eurosistema y el propio Banco de España contribuirán a lograr una mejor canalización de los fondos necesarios para la transformación de la economía hacia modelos sostenibles y ha señalado que el foco de atención no debe ponerse tanto en proyectos sostenibles concretos y su financiación sino en la transformación real del modelo económico en su conjunto.
«Es mucho lo que ponemos en juego y el papel de los mercados financieros es fundamental en esta transformación», ha apostillado la subgobernadora del Banco de España.