El coste de la gasolina ha subido un 22,1% en un año, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Era ciencia ficción para los españoles de hace una década que con sus sueldos tuvieran que pagar el litro del combustible a más de un 1,5 euros. Pero ahora es una realidad que incluso lleva a pensar que la gasolina está barata cuando su precio es inferior al euro y medio. El barril de Brent está caro, ronda los 83 dólares. Pero el Gobierno no tiene la más mínima intención de quitar impuestos o de hacer algo para que el coste del carburante baje. A las preguntas de los medios, el Ejecutivo asegura que creen que el precio del barril caerá nada menos que un 30% en 2022, lo que esperan que repercuta en una rebaja de un 16% de la gasolina. Vamos, echando cuentas, el Gobierno de Sánchez no hará nada porque creen que pasará a costar 1,26 euros el litro de gasolina, unos 0,24 euros más barato que el precio que presenta ahora. Algo que no comparten para nada los analistas y los economistas.
Con la factura de la luz, que ha subido un 44% en un año, según el INE, el Gobierno sí que ha tomado medidas para contener el precio. No han sido muy efectivas, pero al menos han paliado lo que habría sido una subida mucho más dramática. Sin embargo, con la gasolina, que también ha contribuido activamente en elevar el IPC más de un 4% este año, el presidente del Gobierno no quiere hacer absolutamente nada. Hay quien asegura en el PSOE que la razón por la que este Ejecutivo no se preocupará por contener los altos precios de la gasolina tiene que ver con su pretensión ecologista. Consideran que acompaña al plan de transición ecológica porque empuja a los conductores a comprarse un vehículo eléctrico. Sin embargo, el Gobierno sí que se ha preparado una excusa que no se creen ni los economistas más optimistas.
El Gobierno tiene un relato oficial en el que aseguran que todo lo que sube baja. Consideran que en 2022 el precio de la gasolina caerá y se desplomará hasta un 16% porque el barril de Brent hará lo propio en un porcentaje mayor. Afortunadamente, el PNV ha conseguido que Sánchez no encareciera más el precio del diésel (que ha subido algo más que el de la gasolina en un año) dado que ha frenado en seco el impuesto al gasoil que preparaba el Ejecutivo. Pero aún así, esto no ha sido suficiente como para frenar una subida del precio del carburante que supera el 20% en un año. Hablamos de que llenar el depósito de combustible costaba hace un año en torno a 15 euros menos, por supuesto dependiendo del tipo de carburante que se utilizara y de las dimensiones del depósito en cuestión. Pero sea como sea, ahora llenar el depósito es algo que asusta.
El Gobierno ha preparado un plan para ayudar a los españoles a comprarse un coche eléctrico
Estas estimaciones del Gobierno no las comparten analistas y economistas. De hecho, quienes han seguido de cerca la variación del precio del combustible entienden que no solo se mantendrá, sino que seguirá al alza. El Gobierno ha preparado un plan para ayudar a los españoles a comprarse un coche eléctrico que te dará hasta 8.000 euros por comprarte un coche con etiqueta cero, pero esto no conseguirá que el parque móvil español abandone el elevado coste de la gasolina.
Contra los pronósticos económicos de este Gobierno están JP Morgan, quienes creen a través de sus analistas que el barril de Brent oscilará entre los 70 y 75 dólares, prácticamente lo mismo que hasta ahora. Estos analistas entienden que es posible un leve abaratamiento del barril en 2022, pero no un descenso notable del precio del combustible. En cualquier caso, el Gobierno se ha entregado al mercado y no se plantea regular nada (ni mucho menos retirar impuestos).
Este encarecimiento tan exagerado del precio de la gasolina no preocupa al Gobierno porque considera que empuja a los españoles a acogerse a su plan de transición ecológica. De hecho, lejos de abaratarlo, la intención de Sánchez era que parar en una gasolinera fuera cada vez más caro vía impuestos para que la idea de comprarse un coche eléctrico sedujera a más de uno, aunque fuera a fuerza de encarecer la vida de quien tuviera un coche de combustión.
Las medidas aplicadas para bajar el precio de la factura de la luz, que no olvidemos que ha aumentado un 44% en tan solo un año, como tocar los impuestos que le aplica el Gobierno no se replicarán en los combustibles. No hay que olvidar que el gran éxito del Partido Nacionalista Vasco ha sido el de conseguir que Sánchez no aplicara más impuestos al diésel. En torno al 50% del precio de la gasolina y del diésel son impuestos aplicados por el Gobierno. Impuestos que se niega a tocar. Aún así, Sánchez dice a los medios que no hará nada porque todo bajará solo por arte de magia. El presidente cree que el precio de la gasolina pasará del euro y medio a 1,20 euros en cuestión de semanas. Habrá que esperar a 2022 y al fin de la pandemia, pero Sánchez confía. Aunque hay quien considera que lejos de creerse sus propias previsiones, el Ejecutivo quiere hacer malabares con las respuestas a la prensa hasta que lleguen las elecciones.