Llega el mes de septiembre y es un mes de nuevos propósitos, sobre todo desde el punto de vista de la salud con los excesos vacacionales. Toca, o al menos es la intención, ir al gimnasio o comer sano. Y uno de los modos dentro de esa dieta equilibrada es tomar carnes bajas en grasa. El pollo y el pavo son referentes, pero ¿cuál es mejor para comer más sano y con más aportación nutricional?
Y es que es un dilema común cuando ya has decidido comer sano, también en carnes y proteína, que sean blancas y ricas en lo segundo. No sabemos hasta qué punto conviene el pollo o el pavo, o igual ambos son combinables y válidos. Ahora veremos todo ello.
7PERO CUIDADO Y MIRA BIEN EL ETIQUETADO
Sabiendo ya lo que es mejor, toca saber dónde y cómo comprarlo. Has de saber que su calidad y procedencia es a veces cuestionable. Demasiado.
Junto a la sección de derivados cárnicos, las posibilidades son inmensas: jamón de york, jamón de pavo, pechuga de pavo, pechuga de pollo, braseados… ¿Cómo saber si estamos comprando realmente el producto en cuestión y no una mezcla de sustancias adicionales para hacer más “bonito” el alimento? Fácil. En el envase y el etiquetado están todas las respuestas.