Carles Puigdemont ha sido detenido en el aeropuerto de Alghero nada más aterrizar en territorio italiano, sin embargo, el juez italiano, que debía decidir sobre su extradición, le ha dejado en libertad. Según ha sentenciado la Justicia italiana, el expresidente catalán tendrá que permanecer en Italia durante dos semanas hasta que la Corte de Italia delibere sobre la euroorden de detención del Tribunal Supremo. La situación de Puigdemont ha ocupado portadas, ha abierto telediarios y ha provocado que los principales líderes italianos se pronuncien sobre este asunto. Este es el caso del político ultraderechista italiano, Matteo Salvini que ha defendido a Puigdemont en contra de la línea ideológica de sus amigos (como él los llama) de Vox.
Italia “no sea protagonista de la justicia o la venganza a petición de otros países”
Las palabras textuales del exministro del interior han sido que Italia “no sea protagonista de la justicia o la venganza a petición de otros países”. El líder de la Liga Norte ha asegurado durante un acto en Milán que no quiere entrar en «cuestiones internas de otros Estados», pero ha sugerido que las autoridades italianas deben centrarse en otros temas. «Nos cuesta detener a delincuentes italianos y arrestamos a parlamentarios de otros países», ha zanjado Salvini. Esta desvinculación de los asuntos extranjeros se produce al mismo tiempo que desde Vox piden «banquillo y barrotes» para el expresidente catalán.
Además, Salvini ha recordado que ya Alemania rechazó en su día la entrega a España: «Es curioso, dado que otros países como Alemania han dicho no a la extradición porque se trata de un crimen político». Una extradición que desde la formación política liderada por Santiago Abascal claman desde que Carles Puigdemont abandonara el país a pesar de la decisión de los tribunales alemanes.
“Espero que Italia no se convierta en protagonista de la justicia o la venganza a petición de otros países”, ha apostillado Mateo Salvini, sin aludir directamente a España pero contestando a las preguntas sobre la detención de Carles Puigdemont. Unas palabras que chocan de lleno contra la ideología que promulga Vox que parecía estar en sintonía con el ultraderechismo que defiende Salvini.
SALVINI YA PIDIÓ LA INDEPENDENCIA DE LOMBARDIA
Cabe destacar que el ideario inicial con el que Mateo Salvini saltó al tablero político fue defender la independencia de la región lombarda. Este territorio capitaneado por Milán es conocido como la «locomotora de Italia» ya que es el epicentro económico, industrial y con más posibilidades laborales de todo el país. Es por ello, que existen alguna minorías aisladas entre el más de un millón de lombardos que piden la autodeterminación de este territorio rico tan diferente de a otras regiones italianas.
Pero el en un principio defensor de este movimiento independista luego cambió de ideología y terminó siendo un defensor patriótico a ultranza de Italia hasta el punto de no interesarle lo más mínimo formar parte de la Unión Europea. Y precisamente aquí esté la clave de la razón por la que el exministro del Interior italiano defienda a Puigdemont, y es que cree que es un asunto de la UE y de otro Estado en el que Italia no debe interferir a pesar de que el detenido se encuentre en territorio italiano y los jueces estén obligados a dictar sentencia. Su ideología de derecha soberanista sea quizás lo que le haya llevado a apoyar al expresidente catalán en su huida de la Justicia española.
No obstante estas palabras que le alejan de la ultraderecha que en España conocemos, Matteo Salvini y Santiago Abascal parecían tener una estrecha relación ya que ambos coinciden en muchas de sus formas de hacer política. La protección de las fronteras nacionales, el patriotismo exacerbado y las políticas migratorias restrictivas han sido algunos de los puntos de unión entre ambos líderes políticos. Asimismo, Salvini y Abascal tienen una posición muy similar sobre las instituciones europeas las cuales consideran que deben dar un paso atrás en favor de la soberanía nacional de ambos países. Ambos líderes de derechas han compartido almuerzos, reuniones y encuentros en los que han dialogado sobre el futuro de sus países rechazando cualquier Gobierno de izquierdas. Sin embargo, las opiniones vertidas por Salvini ante la detención de Puigdemont les alejan del ideario de la formación de Abascal ya que el independentismo es una de las líneas rojas de Vox.