Tiene amigos en el partido. De hecho, la mayoría de quienes la conocen hablan bien de ella. Sin embargo, Mercedes González ve cómo su carrera política empieza a ir cuesta abajo. Cuando el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, la designó como delegada del Gobierno en Madrid, se abrió ante ella un mar de oportunidades. El PSOE había confiado en ella y le daba la oportunidad de demostrar lo que valía. La idea inicial González, tal y como relatan fuentes del PSOE, era la de marcarse un Cifuentes y utilizar la visibilidad del cargo para darse a conocer y conseguir así aspirar a un puesto de más responsabilidad. Las fuentes hablan de la candidatura de la Comunidad de Madrid o del Ayuntamiento de la capital. Pero sus últimos periplos, como la manifestación de neonazis en Chueca o directamente sus escarceos con el alcalde José Luis Martínez Almeida han sido suficientes como para enterrar su futuro político. Desde Ferraz tienen claro que cuando acabe la legislatura, Mercedes no tendrá un puesto de responsabilidad. «No se la van a jugar».
Destacar en la Delegación del Gobierno en Madrid es relativamente sencillo. Al final, entre otras muchas, la labor más mediática es la que tiene que ver con el orden público y las manifestaciones. Pues bien, mientras que la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes utilizó con cabeza su paso por este puesto tan goloso, parece que a González le han salido los planes al revés. La manifestación de neonazis en Chueca ha sido otra losa sobre su gestión. En el imaginario colectivo, el paso de Mercedes González por la Delegación está marcado precisamente por hechos como esta protesta que acabó con gritos de «fuera sidosos» por el barrio madrileño de Chueca y por los aspavientos que tanto le caracterizan cuando se altera, como se dejó entrever en un mano a mano entre ella y el alcalde.
El entorno de Mercedes González asegura que la delegada del Gobierno en Madrid está algo decepcionada con el resultado. La socialista insiste por activa y por pasiva en que lo ocurrido en Chueca fue un malentendido. «Le han engañado», repetía su jefe de prensa en un desayuno informativo. Los que pidieron el permiso pertinente para la protesta, Madrid Seguro, son una asociación que aparentemente se iba a manifestar contra la Agenda 2030. Pero si se indagaba un poco más en quién integraba esta asociación, el resultado podría haber sido algo previsible. Madrid seguro acabó con una buena ristra de neonazis lanzando gritos homófobos y protagonizando unos vídeos lamentables. Y la culpa fue a parar a quien permitió esa manifestación.
Fuentes del PSOE reconocen el compromiso de Mercedes con el partido
La delegada ya estaba marcada. No estaban cómodos en Ferraz con sus apariciones públicas y su falta de «autocontrol» a la hora de explicarse o de defender sus ideas. Fuentes del PSOE reconocen el compromiso de Mercedes con el partido. Nadie lo pone en duda, de hecho. Esa fidelidad es la que le ha valido el puesto que ahora ocupa. Pero su «exceso de pasión» y sus patinazos como con la manifestación de Chueca la han convertido en un mal activo político y sobretodo en una mala idea si se plantea colocarla como candidata.
Cuando el PSOE colocó a Mercedes González en la Delegación del Gobierno en sustitución de José Manuel Franco todos entendieron lo mismo: desde Moncloa estaban tocando teclas para ver cuál podría sonar para encabezar la candidatura del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid o incluso en la Comunidad. Los socialistas buscan candidatos, pues la portavoz del PSOE-M Hana Jalloul no funciona y Pepu Hernández ha pasado a mejor vida política. Pero las fuentes indican que Mercedes, si es que estaba en el bombo de los posibles candidatos y candidatas, ha perdido toda posibilidad de hacerse con un puesto de relevancia.
La razón por la que la han apartado contrasta considerablemente con la opinión que tienen de ella en el partido. Las fuentes aseguran que hasta desde Moncloa tienen buena imagen de Mercedes, pero que no la quieren como candidata. Lo que ha demostrado el paso de la delegada del Gobierno por Madrid es que no se gestiona bien ante las cámaras y ante el público. La sensación que desprende es la de alguien que no tiene controlada la situación. Incluso cuando Mercedes tuvo que hacer frente al fiasco de la manifestación neonazi en Chueca, los nervios se apoderaron de ella y protagonizó escenas bochornosas como la ocurrida en un desayuno informativo esta semana pasada.
El PSOE ya baraja otros nombres para ocupar las candidaturas de Madrid. Desde luego, si Mercedes González estaba en uno de los dos bombos (ayuntamiento o comunidad), ya no está. Y este dato es algo que se escucha en cualquier pasillo de Ferraz. Sin embargo, estas mismas fuentes aseguran que Mercedes no será «expulsada» ni «desterrada» dado que cuenta con el apoyo interno de prácticamente todos los que la conocen. Se trata de una decisión simplemente objetiva que busca un candidato o candidata con más autocontrol y sobretodo, por decisión de Moncloa, que su nombramiento sea un auténtico golpe de efecto.