El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha hecho un llamamiento a la «responsabilidad» de los ciudadanos en el uso del agua ante la situación de estrés hídrico actual en España que empieza a ser un «serio problema» y porque «los patrones de lluvia están cambiando» con «menos días de lluvia en los que llueve mucho más».
«Estamos en un escenario de estrés hídrico que, salvo que la meteorología lo solucione, en las cuencas del Guadiana o el Guadalquivir, empieza a colocarlas en un problema de gestión de recurso», ha advertido el secretario de Estado que recuerda que las lluvias torrenciales son «un germen de inundaciones».
Así lo ha manifestado en su intervención en la rueda de prensa estacional del otoño de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) donde ha insistido en la necesidad de que los ciudadanos hagan caso los avisos de riesgo meteorológico y a las predicciones para convertir el servicio meteorológico en una «herramienta útil».
Por ello, considera necesario mejorar las acciones de mitigación pero en particular las capacidades de adaptación y, en ese sentido, se ha referido al Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones de segundo ciclo en el que la AEMET «ha tenido un papel esencial» ya que incorpora información multidisciplinar para predecir situaciones de inundación o estrés hídrico.
Morán ha elogiado a la AEMET como «pieza clave» que ha demostrado una «gran eficacia en los últimos tiempos» al encargarse de predecir las lluvias torrenciales y anticipar los escenarios que pueden generarse y, de ese modo, ha anunciado que, junto con los Fondos de Recuperación, lograrán poner en marcha la modernización del sistema de predicción y de las redes de vigilancia de la agencia y «todo el aparato» para tener un «volumen de datos mayor y más fiable cada vez».
Pero ante una inundación, ha dicho que no basta con la predicción sino que es «imprescindible incorporar la información de impacto», superponiendo distintas capas de información que tienen que cruzarse, como la ordenación del territorio, el uso del suelo, los incendios que favorecen la erosión, entre otros aspectos.
No obstante, ha apelado a cada ciudadano «imprescindible» para atender a los riesgos, evitar los innecesarios y minorar los daños y sus consecuencias.
Morán ha admitido que la realidad de la Península Ibérica se enfrenta, por un lado a las inundaciones y, por otro, a un problema de sequía prolongada en otras zonas del país.
«Tenemos la obligación de adaptar la gestión del riesgo hidrológico al riesgo climático», ha afirmado al tiempo que ha vuelto a insistir a los ciudadanos para que «tengan en cuenta siempre los avisos y la información que traslada la AEMET».
A continuación, el catedrático de análisis geográfico regional de la Universidad de Alicante Jorge Olcina ha advertido que en España están cambiando los patrones de lluvia y está experimentando calentamiento: llueve menos días al año y lo hace con más intensidad; pero remarcó la necesidad de adaptar los territorios a la nueva realidad pluviométrica mediante un cumplimiento estricto de la ley de suelos y la prohibición de construir en zonas peligrosas.
A su juicio, el también presidente de la Sociedad Española de Geografía, España cuenta con «uno de los sistemas mundiales más eficaces de gestión de emergencias y eso permite salvaguardar la vida de las personas, pero está faltando educación a niveles básicos de la enseñanza». De ese modo, ha propuesto incluir en el currículo educativo el concepto de riesgos meteorológicos ya que «los cambios actuales son acelerados y en ocasiones no se está atendiendo a los riesgos» que está desarrollando el cambio climático.
Además, ve necesario que la sociedad asimile que España es «un país de riesgo» que ha aumentado en los últimos 30 años y de momento, denuncia que la ordenación del territorio no ha tenido en cuenta el cambio climático y se ha construido en ramblas, sin tener en cuenta el riesgo de inundación.
En este contexto, ha criticado que la apuesta por modelos territoriales extensivos de las últimas dos décadas han conllevado un incremento de consumo y demanda del agua. Por ello, reclama que la gestión del riesgo tenga en cuenta la ordenación del territorio y «rigurosidad» a las administraciones.
«Jugamos con vidas humanas y la responsabilidad es alta por parte de los gestores del territorio», ha sentenciado
«Seguir funcionando con planes urbanísticos de los años 70 u 80 en un contexto de cambio climático no tiene ningún sentido», subraya Olcina que pide apostar por un ordenamiento verde y una planificación hidrológica en materia de agua es necesario apostar por una planificación del agua con recursos «viables».