Arroz, espaguetis, macarrones: qué pasa si cenas carbohidratos

Uno de los consejos que más se repiten cuando alguien quiere perder peso o mantenerlo, es no tomar carbohidratos por la noche. Esto es porque son la principal fuente de energía del cuerpo y parece claro que si la ingerimos a última hora del día no vamos a consumirla por completo. Según la idea generalizada, toda esa energía que no gastamos mientras dormimos se trasforma en grasa que se acumula en distintas zonas de nuestro cuerpo y como no queremos que esto ocurra, la mayoría tendemos a evitar tomar hidratos de carbono por la noche, reservándolos preferentemente al desayuno y el almuerzo.

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NO LLEGAR A LA CENA CON MUCHA HAMBRE

La clave es repartirnos las comidas del día de forma racional, de forma que no lleguemos a la cena con un hambre incontrolable. A menudo, las personas que cenan mucho lo hacen por el tipo de alimentación durante el resto del día, con subidas y bajadas de azúcar, ayunos prolongados y una dieta poco equilibrada. Si hemos hecho nuestras comidas a sus horas, escogiendo opciones nutritivas y variadas, al llegar la noche no tendremos esa necesidad de llenarnos un gran plato. Los expertos recomiendan que la cantidad para la última hora del día sea una ración pequeña, del tamaño del puño de cada persona.