Cómo cortar la cebolla sin que te lloren los ojos

Picar cebolla puede ser una tarea complicada, no porque requiera una habilidad especial, sino por las lágrimas que puede llegar a provocar. Todo lo hemos sufrido: en cuanto comenzamos a cortar la cebolla, su olor peculiar comienza a desprenderse de su carne jugosa y rápidamente los ojos comienzan a picar y a llenarse de lágrimas. Dependiendo de la sensibilidad de la persona, las molestias pueden ser más o menos intensas. Pero, ¿por qué nos hace llorar la cebolla? La respuesta es pura química. La culpable es una sustancia llamada alianasa, presente en esta hortaliza y que se desprende al trocearla, favoreciendo la emisión de una molécula muy irritante conocida como syn-propanotial-S-óxido o propanotial. Dicha molécula de nombre impronunciable es básicamente un aceite esencial sulfurado, altamente volátil y que inhalamos por la nariz mientras estamos troceando la cebolla. Es decir que la irritación se inicia por las fosas nasales principalmente.

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CUIDADO CON EL AIRE

Algo tan sencillo y evidente como controlar que no haya corrientes de aire es algo que a menudo se nos pasa por alto. Sin embargo, si hay una corriente de aire en casa porque en ese momento estamos ventilando, es fácil que el aire empuje las emanaciones de sulfóxido y las lleve directamente a nuestra cara, con las desagradables molestias que ello supone. Lo mejor es cortar la cebolla en una zona de la cocina bien aislada.