Investigadores de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, han demostrado que las nueces pecanas o nueces de pecán puede mejorar drásticamente los niveles de colesterol de una persona y mejorar la situación de los pacientes cardiovasculares, según publican en el ‘Journal of Nutrition’.
Los participantes con riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares que comieron pecanas durante una intervención de ocho semanas mostraron mejoras significativas en el colesterol total, los triglicéridos y la lipoproteína de baja densidad (LDL), o colesterol «malo», en un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Ciencias de la Familia y del Consumidor de la UGA.
«Esta intervención dietética, cuando se pone en el contexto de diferentes estudios de intervención, fue extremadamente exitosa –destaca Jamie Cooper, profesor del departamento de ciencias de la nutrición de la FACS y uno de los autores del estudio–. Tuvimos algunas personas que realmente pasaron de tener el colesterol alto al inicio del estudio a dejar de estar en esa categoría después de la intervención».
Los investigadores observaron un descenso medio del 5% en el colesterol total y de entre el 6% y el 9% en el LDL entre los participantes que consumieron pacanas.
Para contextualizar, los investigadores se refirieron a un meta-análisis previo de 51 intervenciones de ejercicio diseñadas para reducir el colesterol que informaron de una reducción media del 1% en el colesterol total y del 5% en el colesterol LDL.
«La adición de pecanas a la dieta no sólo produjo una reducción mayor y más consistente en el colesterol total y LDL en comparación con muchas otras intervenciones de estilo de vida, sino que también puede ser un enfoque más sostenible para la salud a largo plazo -añade Cooper–. Algunas investigaciones muestran que incluso una reducción del 1% del LDL se asocia con una pequeña reducción del riesgo de enfermedad coronaria, por lo que estas reducciones son definitivamente significativas desde el punto de vista clínico».
Los investigadores asignaron a 52 adultos de entre 30 y 75 años con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular a uno de tres grupos. Un grupo consumió 68 gramos o unas 470 calorías de nueces al día como parte de su dieta habitual; un segundo grupo sustituyó las nueces por una cantidad similar de calorías de su dieta habitual, y un grupo de control no consumió nueces.
A las ocho semanas, los participantes consumieron una comida rica en grasas para determinar los cambios en los lípidos sanguíneos y la cantidad de glucosa, o azúcar, en la sangre.
Los lípidos en sangre en ayunas mostraron mejoras similares entre los dos grupos que consumieron nueces, mientras que los triglicéridos después de las comidas se redujeron en el grupo que añadió nueces. La glucosa después de las comidas se redujo en el grupo que sustituyó las nueces.
«Tanto si las personas las añadieron como si las sustituyeron por otros alimentos de la dieta, seguimos observando mejoras y respuestas bastante similares en el colesterol total y el colesterol LDL en particular», señala Cooper, que también es director de la Iniciativa contra la Obesidad de la UGA.
Los investigadores apuntaron a las conocidas propiedades bioactivas de las pecanas como posibles mecanismos de mejora, ya que tienen un alto contenido en ácidos grasos saludables y fibra, que se han relacionado con la reducción del colesterol.