El pisto es ese sabroso plato tan bonito como sabroso. ¿Por qué es bonito? pues bien, nos atraveríamos a decir que es el más hermoso por ser uno de los más coloridos y apetecibles a la vista. Un exquisito plato lleno de verduras de colores, que se sirve sobre pan tostado y se remata con un huevo frito. Rico, ¿verdad? Una comida que se prepara en un santiamén, y que se puede tomar en frío o caliente.
Pero hoy, vamos a desvelar una forma de hacerlo de lo más especial. Al más puro estilo ensalada, os vamos a desvelar como hacer un pisto rápido, fresco y que encima adelgace. Sí, has leído bien. Porque el pisto también adelgaza, así es como se prepara ¡Toma nota!
2Modo de preparación del verdadero pisto Manchego
Primero, pelamos y cortamos las verduras con calma y en forma de daditos pequeños, y las metemos en un escurridor. Las echamos agua y colocamos la berenjena cortada en capas sobre ellas y lo espolvoreamos con sal kosher. Lo dejamos reposar todo al menos 10 minutos. Lo ponemos todo repartido en dos sartenes diferentes a fuego medio y agregamos un chorrito de aceite de oliva virgen extra a cada una. Agregamos las cebollas bien picadas a una de las sartenes, con una pizca de sal, y salteamos a fuego medio-bajo hasta que empiecen a volverse transparentes. Tapamos la sartén y dejamos que se cuezan (no queremos que se doren). Una vez que estén completamente cocidas, las ponemos en un tazón grande.