El curso escolar en Cantabria arrancará en septiembre con un protocolo frente al coronavirus «bastante similar» al anterior, en el que se mantienen «estrictas» medidas, sobre todo en interiores, pero con la relajación de otras, unas ya desde el inicio, como es la flexibilización en las extraescolares, y otras cuando baje el nivel de riesgo de transmisión del virus en la comunidad autónoma.
De esta forma, desde que se retomen las clases se flexibilizará la celebración de las actividades complementarias y extraescolares y lo relativo al uso de material compartido.
Para aligerar otras medidas, como por ejemplo la posibilidad de reuniones presenciales habrá que esperar a que la comunidad autónoma tenga un menor nivel de riesgo que ahora –actualmente Cantabria está en nivel 3 (alto)–.
Así lo ha anunciado la consejera de Educación, Marina Lombó (PRC), que este martes ha explicado en rueda de prensa el protocolo general de organización para el desarrollo de la actividad educativa para el próximo curso de aplicación hasta el fin de la crisis sanitaria, que se publicará mañana, 18 de agosto, en el Boletín Oficial de Cantabria tras obtener el visto bueno de la Dirección General de Salud Pública.
SE MANTIENEN LA MAYORÍA DE LAS MEDIDAS PREVENTIVAS
La toma de temperatura; la firma de la declaración responsable por parte de las familias comprometiéndose a no enviar a los escolares a los centros con síntomas del Covid o en cuarentena y a respetar el plan de contingencia de cada centro; las entradas y salidas escalonadas; los ‘grupos burbujas’ en Infantil o Primaria; la higiene de manos, o la ventilación son algunas medidas ya implementadas el curso pasado que se mantendrán.
Lo mismo ocurre con el uso de la mascarilla, que será obligatoria desde Primaria y recomendable de 3 a 5 años, tanto en interiores como, al menos durante el comienzo del curso, en los patios.
La consejera ha explicado que, aunque en la actualidad puede prescindirse de la mascarilla en espacios abiertos en los que pueda mantenerse la distancia interpersonal de 1,5 metros, ha señalado que se ha decidido que en las escuelas sea también obligatoria al aire libre «porque resultaría excepcionalmente difícil para los docentes y personal de los centros tener que garantizar en todo momento el mantenimiento de esta distancia».
Lombó ha asegurado que esta medida, como el resto, será revisada periodicamente con la autoridades sanitarias, con las que ha garantizado habrá un contacto «diario».
De esta manera, solo podrá prescindirse de la mascarilla en los momentos de ingesta de alimentos y bebidas; en la práctica de Educación Físcia en el exteriores y si se pueden mantener los 1,5 metros.
«A todos nos hubiese gustado poder recuperar la normalidad desde el inicio de este curso pero es necesario mantener las medidas. Estarán vigentes mientras sea necesario», ha dicho la consejera, que, sin embargo, ha afirmado que tanto la «experiencia» adquirida el año anterior (en el que volvió la presencialidad) y la vacunación de los docentes y la que se llevará acabo del alumnado de más de 12 años permite afrontar el nuevo curso «con una mayor tranqulidad y confianza» y de una forma «más optimista».
MEDIDAS QUE SE RELAJAN
Y es que, según ha expuesto, el conocimiento «más profundo» de cómo se transmite el Covid permite relajar este curso algunas medidas, unas desde el inicio y otras «cuando la situación epidemiológica lo permita».
Es el caso de la posibilidad de interactuar en exteriores, algo que ocurrirá «cuando mejoren los indicadores» y Cantabria se encuentre en situación de «nueva normalidad» (esto es nivel 0).
Cuando se llegue a esta situación, podrán relacionarse entre sí en espacios exteriores de esta forma: en centros con tres o más líneas por curso podrán interactuar todo el alumnado del mismo curso; en aquellos que tengan dos podrán hacerlo aquellos del mismo ciclo y los de una sola línea se permitirá la interacción del alumnado de toda la etapa.
Además, en escuelas unitarias o centros rurales agrupados se permitirá la interacción de todos los escolares.
También este curso desaparece una de las medidas que, según Lombó, es de las que «más ha costado a los más pequeños», como era hasta ahora la imposibilidad de compartir material.
En este curso el alumnado que sí comparte espacio en los recreos (grupo burbuja o varias aulas cuando haya nueva normalidad) podrán compartir material.
En cuanto a la flexibilización de las actividades extraescolares y complementarias (comedor, transporte, servicio de madrugadores), Lombó ha indicado que aunque siempre que sea posible se mantendrán los grupos estables de convivencia que se organicen para las aulas, cuando no sea posible se organizarán nuevos grupos que tendrán que mantenerse fijos al menos por periodos escolares.
Para ello, el coordinador Covid de los centros debe tener información actualizada y detallada de todas las actividades y servicios en los que participa cada alumno por lo que será obligatorio el registro de participantes, que deberá realizar la asociación o entidad organizadora.
Además, se recuperan las salidas fuera del centro, que el año pasado solo podían realizarse a pie. Sin embargo, por ahora, se mantienen en suspenso las que impliquen pernocta, algo que se revisará periodicamente.
También se permitirá en los escenarios de riesgo bajo (nueva normalidad y niveles 1 y 2) las reuniones presenciales en los centros, aunque manteniéndose la recomendación de que en la medida de lo posible sigan siendo en su mayoría telemáticas.
Además, se permitirá la entrada de personal ajeno al centro «que estime conveniente el equipo directivo para el desarrollo de atividades complementarias, para la acción tutotiral o el proyecto educativo del centro, para lo que será obligatorio un registro diario.
MANTENIMIENTO DE DESDOBLES Y MÁS DOCENTES
El curso comenzará también con refuerzo docente hasta que sea necesario –al menos hasta diciembre– lo que, según ha destacado la consejera, supondrá, como ocurrió el anterior, un «importantísimo esfuerzo presupuestario».
Así, se mantendrán los recursos que permitan los desdobles en Infantil y Primaria ya implementados el curso pasado pero «incrementados» en aquellas circunstancias o ámbitos en los que sea necesario, incluido también Secundaria.
Por ahora, la consejera no ha cuantificado estos refuerzos, algo que, según ha apuntado, se dará a conocer en una rueda de prensa cuando el inicio del curso sea ya más inminente.
En cuanto al volumen de alumnos, como el año anterior, habrá una reducción importante en Infantil y Primaria y un incremento en Secundaria que lo equilibrará prácticamente.
Lombó ha explicado que el protocolo es de obligado cumplimiento para todos los centros de la comunidad, independientemente de su titularidad y ya ha sido remitido a los centros y otros órgnanos de la comunidad educativa.
Según ha señalado, mantiene el objetivo de garantizar la presencialidad de todo el alumnado «en condiciones de seguridad».
«Contamos para ello con la experiencia del curso pasado, en el que se ha demostrado que las medidas funcionan porque la transmisión dentro de los centros fue muy baja», ha dicho Lombó, que, además ha reconocido que, de nuevo, será «imprescindible» la colaboración de toda la comunidad educativa.
Y sobre la sectorial convocada por la ministra del ramo, Pilar Alegría, para el 25 de agosto, de cara al inicio del curso, Lombó ha señalado que no prevé que el protocolo que se publicará mañana sufra modificaciones dado que en Cantabria se ha preferido «comenzar con medidas estrictas y, desde ahí, cuando sea posible, ir relajándolas siempre con el aval de las autoridades sanitarias.