Es sabido que España tiene platos universales como la tortilla de patatas, la paella valenciana, el salmorejo cordobés, la fabada asturiana o el cocido madrileño. Como vemos, en realidad la mayoría de ellos son recetas autóctonas de una región concreta. Madrid no se queda atrás en cuanto a zonas gastronómicas destacadas y con platos emblemáticos. Otro es los ‘callos a la madrileña’. Vamos a hablar de lo que se sabe sobre su origen y más curiosidades sobre este producto y receta contundente.
Ya sabemos que con esta ola de calor no es el mejor momento para tomarlos, pero al verano no le queda tanto y cuando nos queramos dar cuenta estaremos con el edredón, la calefacción y nos apetecerá darnos un capricho calórico como son los ‘callos a la madrileña’. Un plato delicioso que sorprende sobre todo a los extranjeros que lo prueban cuando visitan nuestro país, si bien hay variantes aunque con bastantes diferencias como las recetas italiana o peruana.
1Qué son los ‘callos a la madrileña’
Es uno de los platos más típicos de nuestro país, pero tiene especial fuerza en los inviernos madrileños, con restaurantes emblemáticos que lo ofrecen. Se elabora principalmente con tripas de vaca, que se pueden encontrar en cualquier carnicería y grandes superficies, la llamada casquería.
Los callos son entendidos como pedazos de estómago de vaca o de carnero que se comen guisados. Es un plato que se suele servir caliente en una cacerola de barro y acompañados de rodajas de chorizo (chorizo de Cantimpalos sería lo correcto), morcilla y jamón entreverado. Triunfa y triunfó por ser además un plato relativamente barato debido al bajo coste de sus ingredientes. Junto con el cocido madrileño es el plato más identificativo de la gastronomía madrileña.