Si te gusta dar paseos campestres durante el verano, te habrás dado cuenta de que las moras ya están brotando en las plantas, casi listas para ser recolectadas. Lo mismo ocurre con los demás frutos rojos, como las grosellas, los arándanos, las fresas y las frambuesas. Aunque hoy día las podemos encontrar a la venta en cualquier época del año, son frutas estivales, y ya que la naturaleza es sabia y nos ofrece justo lo que necesitamos en cada estación, este es un buen momento para darles un mayor protagonismo en nuestra dieta diaria.
6MORAS, PARA PREVENIR LA ANEMIA Y EL COLESTEROL
De entre todos los frutos rojos, las moras son las más campestres, y la mayoría disfrutamos de recolectarlas en nuestras salidas al campo. Tanto las rojas como las negras, son ricas en vitamina C, que es tan importante en verano como en invierno. Aunque asociamos la vitamina C con la prevención de los resfriados estacionales, también es imprescindible para favorecer la absorción del hierro y prevenir la anemia ferropénica. Este tipo de anemia no reviste gravedad, aunque requiere tratamiento una vez que descienden los niveles. Es frecuente en verano cuando cambiamos de hábitos, nuestra dieta es más caótica o comemos menos. Por otra parte, esta vitamina también ayuda a regular los niveles de colesterol, limitando su adherencia a los vasos sanguíneos, algo que nos viene muy bien si nos estamos descolorando demasiado con las comilonas ricas en grasas.