La remodelación de Gobierno del presidente Pedro Sánchez ha llamado la atención de muchos. Mientras que algunos socialistas apuestan porque el cambio solo buscaba afrontar la recuperación económica y estos dos años de campaña soterrada con caras nuevas, hay otros que ven una estrategia mucho más elaborada tras esta remodelación. La clave está en que Sánchez ha destituido a su principal figura en el Gobierno y al mandamás en el partido. Por supuesto, tanto su ya exjefe de gabinete, Iván Redondo, como su exsecretario de Organización del PSOE (y exministro de Transportes), José Luis Ábalos, respondían ante él. Pero el poder que habían amasado en estos años de Gobierno fue tal que Sánchez no ha querido mantenerlos al frente de sus labores para que no se escapen a su control porque ya habían adquirido demasiado poder. El presidente del Gobierno cesó tanto al punto de referencia de su Ejecutivo como al de su partido.
Las fuentes socialistas aseguran que si hay algo que no soporta el presidente socialista es que nadie le haga sombra. Cuando un nombre de su entorno suena más que el suyo, todos dan por hecho que ese aventurado tiene los días contados. Nunca un jefe de gabinete había ocupado tantos titulares en tantos periódicos como Redondo y nunca un secretario de Organización se había hecho con el control de su partido como lo hizo Ábalos. La sorpresa por su destitución fue inmediata por el poder que ostentaban ambos tanto en el Gobierno como en el partido. Pero fue precisamente ese poder el que, a toro pasado, ha hecho que todo cobrara sentido a ojos de quienes conocen a Sánchez, tal y como cuentan las fuentes consultadas por MONCLOA.com. El presidente acabó con los dirigentes que volaban más cerca del sol tanto en el Gobierno como en el partido para quedarse él como único punto de referencia en lo alto de la escala de mando.
La llegada de Óscar López en el puesto de Redondo es un cambio radical pero con sentido si se parte de la base de que Sánchez no quiere a nadie con la capacidad necesaria para hacerse con el control del Ejecutivo. Redondo se estaba convirtiendo en el único interlocutor con el presidente y esto le dio mucho poder. Pero Sánchez no tuvo contemplaciones a la hora de plantearse si mantener más hombres fuertes en su entorno o quedarse solo él como único referente. «Óscar es lo contrario a Redondo en todos los sentidos», detallan las fuentes cercanas al presidente. Además, el nombramiento de López es un guiño a esos viejos socialistas que quedaron apartados cuando Sánchez resurgió y se hizo con el control del PSOE derrocando a la expresidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz.
se ha cargado de un plumazo tanto al único interlocutor del Gobierno y a quien más poder tenía en el Ejecutivo a nivel interno como a quien controlaba el partido
Las fuentes cercanas al presidente insisten en que la jugada de Sánchez tiene sentido solo si conoces al líder socialista. El resumen es que se ha cargado de un plumazo tanto al único interlocutor del Gobierno y a quien más poder tenía en el Ejecutivo a nivel interno como a quien controlaba el partido. Mientras no haya conspiraciones internas, Sánchez ahora es el máximo mandatario y no tiene quién le haga la más mínima sombra. Ahora, las conspiraciones en el gabinete de Moncloa solo llevarán al líder del PSOE como titular. Nadie se espera que Óscar López mantenga una política conspiratoria y maquiavélica como la de Redondo.
Algunos críticos con la decisión de Sánchez califican la actitud del presidente durante la remodelación de Gobierno como la de alguien con poca empatía y con una frialdad extrema. Es la mayor purga de un Ejecutivo de las últimas décadas y el presidente lo ha anunciado con total naturalidad. Casi tanta con la que informó a sus ministros de que ya no continuarían teniendo una silla en el Consejo de los martes, silencios incómodos entre medias. Esto hace ver que el presidente del Gobierno no ha tenido miramientos a la hora de cargarse a sus trabajadores más cercanos. ¿Qué no hará con los que estén más abajo en el escalafón?
El movimiento del presidente del Gobierno ha sido «despiadado», pero tenía un objetivo oculto mucho más evidente: acabar con toda amenaza posible y cargarse de un plumazo al referente del partido y al del Gobierno. Es un «renovarse o morir» que ha dejado a Redondo y a Ábalos relegados a la mínima expresión.
¿HABLARÁN LOS FONTANEROS?
El miedo que levita en torno al PSOE se basa en que nadie está convencido de si ha sido una buena idea relegar a dos pesos pesados como Ábalos y Redondo. Ya advirtieron que no pagar a los fontaneros puede significar que toda la mugre se quede en las tuberías y estallen las cañerías. Hay quien cree que atacar al exministro de Transportes ha sido un error imperdonable que acabará por estallarle al presidente del Gobierno en la cara. Sin embargo, como en toda destitución de cargos políticos, aún estamos en ese periodo de calma en el que los que saben mucho esperan que les paguen con algún cargo público atractivo precisamente para que no cuenten todo lo que saben.
Solo la información que tienen tanto Redondo como Ábalos, filtrada de forma adecuada, podría suponer que Sánchez no ganara las elecciones. «En todos los partidos políticos cuecen habas», detallan las fuentes cercanas al presidente. Esas «habas» del PSOE son muchas incógnitas aún por resolver como el Delcygate o la entrega de ayudas durante la pandemia de las que, casualmente, José Luis Ábalos fue el principal protagonista. Desde el Partido Socialista tienen claro que de aquí a no mucho tiempo, al menos Ábalos será recolocado en algún puesto importante para que no hable.
Sobre Redondo, todos esperan que acabe colocado con un salario realmente cuantioso en alguna consultora. Ya hay nombres de empresas sobre la mesa, pero lo cierto es que las fuentes aseguran que el jefe de gabinete llevaba tiempo deseando salir del Ejecutivo para llenarse los bolsillos en el sector privado. Su estancia en el Gobierno fue un periodo para hacer currículum y no había necesidad de aguantar más meses si lo que tenía claro es que quería ir con un sueldo de seis cifras al sector privado. Lo conseguirá, seguro.