Todos sabemos que aplicar frío o calor en una zona dolorida o donde nos hemos dado un golpe, puede aliviar las molestias. De hecho es uno de los remedios caseros (y recomendados por los médicos) para calmar dolores musculares o de las articulaciones. Sin embargo, llegado el momento muchas veces dudamos y no sabemos qué hacer, ¿frío o calor? ¿Cuál aplicar? Generalmente algunas lesiones mejoran con el frío, otras con calor y hay casos en la que ambos remedios pueden ser beneficiosos. Para tenerlo todo un poco más claro es importante saber cuáles son los efectos de uno y otro y de qué manera aplicarlo.
4CÓMO SE APLICA EL FRÍO
El frío ese puede aplicar en seco, utilizando bolsas de hielo, o de manera húmeda con compresas o paños. Se recomienda observar el estado de la piel antes de utilizar hielo, y nunca aplicarlo de forma directa, sino con un paño entre la piel y la fuente de frío. Se puede administrar en periodos de entre 15 y 20 minutos, dejando una pausa de descanso, durante unas dos horas. Al terminar el tratamiento, hay que secar la piel perfectamente pero sin restregar. El frío tiene algunas contraindicaciones, y no se puede administrar en heridas que se están curando ni en personas con problemas circulatorios porque podrían agravarse.