jueves, 12 diciembre 2024

Frío o calor: qué debes aplicar si te has dado un golpe

Todos sabemos que aplicar frío o calor en una zona dolorida o donde nos hemos dado un golpe, puede aliviar las molestias. De hecho es uno de los remedios caseros (y recomendados por los médicos) para calmar dolores musculares o de las articulaciones. Sin embargo, llegado el momento muchas veces dudamos y no sabemos qué hacer, ¿frío o calor? ¿Cuál aplicar? Generalmente algunas lesiones mejoran con el frío, otras con calor y hay casos en la que ambos remedios pueden ser beneficiosos. Para tenerlo todo un poco más claro es importante saber cuáles son los efectos de uno y otro y de qué manera aplicarlo.

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CÓMO APLICAR EL CALOR

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El calor para tratar el dolor se puede administrar de forma seca, utilizando las tradicionales bolsas de agua caliente, o sacos de semillas, o bien de forma húmeda, con compresas o paños calientes, o mediante un baño. Se administra en intervalos de 15 o 20 minutos, durante un máximo de dos horas. Este remedio está contraindicado si hay heridas que todavía están sangrantes, ya que el calor puede aumentar el flujo sanguíneo y favorecer la hemorragia. Tampoco se recomienda en zonas de prominencias óseas, ya que al tener una sensibilidad más reducida podrían producirse lesiones cutáneas sin darnos cuenta.