Ciudadanos sigue en su viaje hacia el centro y en su intento por retener talento en la medida de lo posible. Con los perfiles como el de Toni Cantó y su palmarés de cuatro partidos en 14 años no se puede hacer mucho, pero con la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, sí. La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, espera reanimar el partido de aquí a las próximas generales de la mano de la dirigente municipal. La idea que sopesa Arrimadas es colocar en 2023 a Villacís como candidata de la formación naranja en la Comunidad de Madrid, algo que ella no solo ve con buenos ojos, sino que estaría dispuesta a dar el salto tan pronto como se acabe la legislatura. Si antes desde el PP amenazaban a Villacís con que su futuro solo pasaba por el Partido Popular, ahora la vicealcaldesa ha respondido alejándose aún más del partido del alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida.
Villacís asegura a su entorno más íntimo que ella no tiene intención de abandonar Ciudadanos
Villacís asegura a su entorno más íntimo que ella no tiene intención de abandonar Ciudadanos. Este rumor lleva tiempo corriendo por el Ayuntamiento de Madrid y por todo el Partido Popular hasta el extremo de que hay quien entendía en la formación de Almeida que Villacís acabaría por dar el salto al PP «sí o sí» en los próximos años siempre que ella quisiera seguir en la política. El problema es que ella no solo asegura a su entorno que no se quiere ir, sino que se desliza que Ciudadanos tiene preparado un papel fundamental para la vicealcaldesa que podría ayudar a reanimar la formación naranja. No lo haría al nivel de abril de 2019, pero sí que ayudaría a que Arrimadas pudiera ser llave de gobierno en muchos municipios, en algunas comunidades autónomas e incluso en el ejecutivo.
La vicealcaldesa cada vez se aleja más del PP. De hecho, a nivel municipal, Almeida y Villacís mantienen agendas separadas. Hay muchos populares que piensan que la dirigente naranja acabará por dar el salto porque ella asegura por activa y por pasiva a su entorno más íntimo que no tiene ninguna intención de volver al sector privado. Pero lo cierto es que los mensajes que salen del partido de Arrimadas son muy distintos. Villacís se queda. Y aunque no esté Gerard Piqué para hacerse una foto que lo confirme, lo cierto es que de momento ni siquiera las relaciones entre el PP y Villacís parecen indicar que vaya a tener una buena acogida en el seno de Almeida, Isabel Díaz Ayuso o incluso en las listas del presidente popular.
Para el PP de Madrid es una obsesión que Villacís dé el salto a sus filas dado que significaría que Almeida podría consolidarse como el líder de la derecha con mayoría absoluta. El PP quiere comerse a Ciudadanos y quedarse entre sus filas a un peso pesado de la política como es Villacís es el sueño de muchos populares que ven cómo el efecto Almeida se desvanece poco a poco. El problema es que la vicealcaldesa no parece estar del todo convencida con la idea de sumarse a las filas populares. Ella quiere protagonizar una remontada en Ciudadanos, pero no en la capital.
Arrimadas sabe que tiene los días contados al frente de la presidencia del partido a no ser que consiga darle la vuelta a la tortilla en los comicios de 2023. Son todos de golpe, por lo que tiene la posibilidad de reestructurar la formación desde cero, pero para eso necesita la ayuda de Villacís.
No ha sido casualidad que en cada acto que la presidenta de Ciudadanos protagonizaba, al lado de ella estuviera la vicealcaldesa. El miedo de Arrimadas le ha llevado a pensar en más de una ocasión que la dirigente municipal podría quitarle el puesto. Pero el sentido común le ha llevado a hacer lo más lógico: hacer de Villacís su arma para la remontada poniéndola en la Comunidad de Madrid como candidata.
Hay algunos que se llevan las manos a la cabeza al imaginarse a Villacís en la Comunidad de Madrid. Ciudadanos se ha hundido en esta autonomía y el resultado electoral obtenido opor la formación naranja el pasado mayo ha sido el principio del fin del partido. Ahora bien, Arrimadas y su apuesta de colocar ahí a Villacís viene motivada por una realidad constatable: en la Comunidad de Madrid, Ciudadanos tiene muchos más votantes potenciales que en cualquier otra autonomía o municipio. La idea es que si la formación de Arrimadas tiene posibilidad de remontar, el mejor entorno para hacerlo es donde Ignacio Aguado obtuvo una cantidad de votos importante, a pesar de que luego hundiera al partido en cuestión de un par de años.
El objetivo que persigue Arrimadas tanto a nivel nacional como a nivel autonómico no es el de convertirse en la fuerza más votada del centro-derecha, sino el de convertirse en llave de Gobierno. En el Congreso tiene diez diputados y en la Comunidad de Madrid podría entrar con siete. Suficientes ambas cifras para conseguir condicionar gobiernos socialistas o populares y suficiente para tocar moqueta. Solo hay que seguir en esa línea.