Desde Génova empiezan a cansarse de los ridículos que protagoniza Pablo Casado. Para muchos, no fue especialmente llamativo que su presidente anunciara a bombo y platillo un viaje a Colombia para luego echarse atrás. Casado tiene un equipo que le gestiona todos estos viajes y estas reuniones de forma meticulosa, pero si se hubiera ido a Colombia, como dejó cerrado todo su equipo la semana pasada, a la vuelta hubiéramos visto a un Casado confinado para guardar los diez días de cuarentena previstos porque es lo que exige el Ministerio de Exteriores. En Génova hay quien se lleva las manos por el hecho de que la responsable de este fiasco no hubiera mirado primero las recomendaciones de Exteriores. Se salvó por los pelos, pero la jugada de la secretaria Internacional del PP y Portavoz de Relaciones Exteriores en el Congreso de los Diputados, Valentina Martínez Ferro, ha desatado una oleada de críticas internas.
Es la matrioska de los jefes de gabinete o la primera jefa de gabinete de un jefe de gabinete, valga la redundancia. Valentina es una vieja conocida del PP, ya que ha ejercido rimbombantes cargos como el de directora de gabinete del jefe de gabinete de la exvicepresidenta del Gobierno (en la etapa de Mariano Rajoy) Soraya Sáenz de Santamaría. Su trayectoria le ha llevado lejos, hasta el punto de que ahora forma parte de la estructura del núcleo duro del PP, pero por primera vez parece estar cuestionada por los suyos, o al menos es lo que deslizan fuentes de Génova que no perdonan que Casado haya protagonizado un nuevo ridículo.
Esto recuerda al encuentro del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y su homólogo estadounidense, Joe Biden. Decimos recuerda porque el jefe de gabinete del líder socialista, Iván Redondo, anunció como buen agente publicitario este encuentro a bombo y platillo para que luego fuera el paseo más bochornoso del presidente español. El anuncio de que Casado se iba a reunir con el presidente de Colombia, Iván Duque, también retransmitido en el país latinoamericano, se ha quedado en nada porque Valentina no fue capaz de mirar en Exteriores cómo estaban las restricciones, las cuarentenas y todo lo que tuviera que ver con la pandemia.
El escándalo es mayúsculo a nivel interno porque Casado cerró un encuentro con el presidente colombiano y ahora le ha tenido que decir a todo el equipo de gobierno latinoamericano que no irá porque su asesora no le avisó de que tendría que quedarse diez días de cuarentena a la vuelta. Según figura en la web del Ministerio Exteriores sobre el control sanitario a la entrada en España desde el 27 de julio, los viajeros procedentes de Colombia «deberán guardar cuarentena durante los diez días siguientes a su llegada a España». Añade que ese periodo podrá finalizar al séptimo día mediante prueba diagnóstica con resultado negativo. Algo que el PP no estaba dispuesto a hacer. Al final, Iván Duque se quedará con las ganas de conocer a Casado.
Desde el PP esperan «poder retomar la agenda internacional cuando se levanten las limitaciones a la movilidad internacional con motivo de la pandemia»
Desde el PP han señalado a Europapress que Casado aplaza ese viaje a Bogotá «debido a las restricciones impuestas por el Gobierno de España a los viajes a Colombia precisamente a partir de hoy» y han añadido que esperan «poder retomar la agenda internacional cuando se levanten las limitaciones a la movilidad internacional con motivo de la pandemia». Pero lo que no deslizan a nivel oficial es que desde Génova no entienden cómo se ha podido orquestar una reunión con el presidente de Colombia para luego abortarla por un detalle técnico que debería ser lo primero que mirara, según deslizan las fuentes del PP.
La «matrioska de gabinete», como la llaman algunos, no parece haber hecho amigos con esta decisión porque al igual que le pasa al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Casado no le gusta nada hacer el ridículo en el panorama internacional. Decirle a Duque que se aplaza el viaje porque no miraron en la web de su propio Gobierno cuáles eran las restricciones es algo que avergüenza profundamente a los populares y que ha puesto una diana en la espalda de Valentina, a quien culpan de este fiasco por ser la responsable.
No es la primera vez que el nombre de la «matrioska» salpica una conversación entre los populares dado que Casado tiene una relevancia a nivel internacional prácticamente nula. Y si ahora se abona con detalles como este, alterando la agenda de un presidente como el de Colombia porque el presidente del PP no quiere cumplir la cuarentena impuesta por España a los viajeros que provengan de Colombia, la realidad es que Valentina Martínez Ferro está, como poco, cuestionada a nivel interno.