El Kéfir es un producto lácteo, bien parecido al yogur líquido, el cual es fermentado por medio de levaduras y bacterias granuladas. Kéfir en turco se traduce como bendición, es un alimento probiótico que facilita la digestión y protege los intestinos.
Dentro de los componentes alimenticios que proporciona el kéfir están, el calcio, vitamina B12 y es muy rico en proteínas. Puede ser preparado con agua o con leche, en ambas formas evitan la indigestión, la candidiasis y el estreñimiento. Debe ser consumido en periodos cortos de tiempo una vez preparado. Por eso en muchos casos es congelado y se debe tener cuidado al congelarlo y al descongelarlo para consumirlo.
2Conservar congelado
Si vas a esta fuera por un periodo no tan corto de tiempo, o deseas no consumir por algunos meses o por temporadas largas. Puedes congelar los gránulos de Kéfir hasta por año y medio (18 meses) siendo lo ideal un año. Deberás lavar los gránulos de Kéfir con agua a temperatura ambiente y el caudal del agua debe ser bajo, no debe incidir fuertemente sobre los gránulos.
El agua que uses para lavarlos debe ser lo más baja en cloro posible, para que no le quite sus propiedades. Ya lavados colócalos en un colador plastico (no puede ser de metal) y déjalos algunos minutos para que desprendan toda el agua. Guárdalos en un recipiente de cristal con tapa hermética, este recipiente lo colocaras dentro de otro más grande, esto evitará que el frío penetre en forma directa y le quite la vida a los hongos. Coloca en alguna parte la fecha en que lo congelas y así sabrás el tiempo que tienen para cuando quieras rehusarlos.