El Gobierno se ha planteado la posibilidad de que su ministro menos activo se ponga a trabajar de una vez por todas. Estuvo bien el semáforo nutricional o vetar la publicidad de casas de apuestas a determinadas horas, pero ahora parece que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido darle una competencia importante para que rompa esa inactiva agenda y se ponga a trabajar. La idea es que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, tenga la capacidad de multar a las empresas que cometan fraudes masivos que afecten a consumidores de diferentes comunidades autónomas. Vamos, que la idea del PSOE es reforzar las competencias (y la imagen) del Ministerio de Consumo, cada vez más criticado por su inactividad y sus polémicos comentarios.
Esa vacía agenda de Garzón por fin podrá tener algún que otro hueco relleno. De hecho, el ministro podrá sentarse en su despacho a mirar qué empresas se están portando mal con los consumidores para sancionarlas. El delito debe cumplir algunos requisitos para que Garzón pueda sacar el lápiz de su oreja y escribir la sanción o la multa que les impondrá, pero lo cierto es que si una compañía comete fraude a niveles intercomunitarios, el Ministerio de Consumo podrá meterle mano todo lo que quiera. Desde este momento, Garzón ha pasado a ser el policía del consumo. Y Sánchez le ha dado las competencias poco después de la polémica suscitada por sus palabras y el consumo de carne.
las autonomías con la policía estatal y Garzón el FBI
El Consejo de Ministros ha sado el pasado martes las competencias al ministro para proteger a los consumidores y lanzar expedientes sancionadores o multas. Hasta ahora, las competencias para multar a las empresas que cometieran fraudes en materia de consumo las tenían las comunidades autónomas. Esta reforma hace que parte de esas competencias se traspasen al ministerio de Garzón. La primera norma en esta materia se aprobó en 1984 y se llamaba la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. Esta establecía que las competencias pertenecían a las autonomías, algo que no cambiará del todo. Sin embargo, ahora hay que incluir a Garzón en esa ley. Las comunidades podrán seguir multando en su territorio, pero si se extralimita del mismo, esa competencia pasa al ministro. Para entendernos, las autonomías con la policía estatal y Garzón el FBI.
Los fraudes masivos serán competencia de Consumo. Ahora bien, ¿por qué el Gobierno ha decidido «premiar» al ministro con más competencias? La clave está en su mensaje sobre el consumo de carne y sobre la forma en la que el PSOE desautorizó en público al ministro de Consumo. Los socialistas no quieren problemas con Unidas Podemos y la formación morada estaba algo ofendida con los gestos que tuvieron tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas. Ambos dirigentes desautorizaron en público al ministro a sabiendas de que sus palabras estaban en consonancia con las recomendaciones de la ONU. Sin embargo, el PSOE no se podía permitir el lujo de poner en pie de guerra a todo el sector cárnico. Como premio de consolación para el ministro, los socialistas han dado el visto bueno para convertir al titular de Consumo en el nuevo FBI español de los fraudes a consumidores.
Quien se pensara que Garzón estaba solo en el Gobierno por las cuotas a cumplir, se equivocaba. Además de los impuestos a las bebidas azucaradas y alguna que otra medida que se le achaca al ministro, ahora podrá multar los grandes fraudes siempre que las comunidades autónomas no se anticipen a él. El premio que le ha dado el PSOE es un «juguete» con el que podrá «cambiar las cosas», única frustración del ministro desde que llegó al Gobierno a manos de una cartera que antes no existía y cuyas competencias se han inventado sobre la marcha.
Hasta ahora, Garzón tenía la imagen muy tocada porque cada vez que abría la boca le caía una oleada de críticas. No es su hermano, quien propone acabar con la crisis económica imprimiendo más dinero, pero sí que se ha acostumbrado a llenar de mofas las redes sociales poco después de hacer algunas declaraciones. La última y más hiriente para el coordinador federal de Izquierda Unida, la de la carne y sobre cómo reducir su consumo.
LA CARNE
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, recomendó a los españoles que reduzcan el consumo de carne porque “perjudica a la salud y al planeta”. En concreto, advierte de que el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la ganadería, especialmente de las macrogranjas, y avisa de que para un kilo de carne de vaca se requieren 15.000 litros de agua.
“¿Qué pensaríais si os dijera que el consumo excesivo de carne perjudica a nuestra salud individual y a nuestro planeta? Estoy preocupado por la salud de nuestros conciudadanos y de nuestro planeta. Sin planeta no tenemos vida, ni salarios ni economía, y nos lo estamos cargando”, afirma Garzón en un vídeo publicado este miércoles en Twitter bajo la etiqueta ‘#MenosCarneMásVida’.
Según precisa el ministro, si los españoles redujeran el consumo de carne hasta los niveles recomendados por la ciencia, “se evitarían el 50% de las emisiones de gases invernadero asociadas a la alimentación y el 20% de las muertes prematuras”.
En un vídeo de seis minutos en el que se alternan imágenes de Garzón hablando, con otras del planeta, de explotaciones ganaderas y platos de comida, el ministro señala que, según la FAO, España es el país de la Unión Europea que más carne consume: “más de un kilo a la semana”, frente a los 200-500 gramos recomendados por AESAN.