«¿Qué se esperaba?», se repite más de una vez entre los vecinos de la Casa de Campo. El Ayuntamiento de Madrid consideró oportuno en su momento dar los permisos pertinentes al complejo de ocio Mad Beach Club para que montaran su festival en la capital. ¿Qué podría salir mal? Conciertos todas las noches, alcohol, foodtracks para alimentar a los jóvenes, campeonatos de voleibol, teatro y fiestas hasta el 15 de septiembre. Todo un verano de festival a pocos metros de bloques residenciales. ¿El resultado? Los vecinos se quejan, están hartos del ruido, de no poder descansar y como reacción, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, les ha abierto un expediente sancionador por excederse de la hora. Primero les dio la concesión y, ante las evidentes consecuencias, después les abre un expediente. En cualquier caso, parece que los vecinos están en pie de guerra y van a dar la nota todo lo que puedan. Total, aún les queda dos meses de festival. Mejor que se armen de paciencia y Almeida de sanciones.
la reacción del Ayuntamiento ha sido la de sancionar a unos organizadores que en su momento contaron con el visto bueno del Consistorio
Las quejas ya no son exclusivamente por el ruido, que también. Los organizadores de Mad Beach insisten en que ellos cumplen los horarios a rajatabla y que no se exceden ni un minuto de su hora, el problema es que los jóvenes después siguen desfilando por los barrios residenciales haciendo ruido, cantando, gritando y alguno que otro peleando. Para los vecinos es una situación incomprensible no solo porque no puedan descansar, sino porque no entienden qué llevo a Almeida a darles los permisos pertinentes para montar el festival. Era evidente que las consecuencias de los eventos del Mad Beach Club derivarían en ruido, fiestas y alcohol. Sin embargo, la reacción del Ayuntamiento ha sido la de sancionar a unos organizadores que en su momento contaron con el visto bueno del Consistorio para hacer lo que están haciendo.
Lo que no se esperaban desde el Ayuntamiento de Madrid era que las quejas de los vecinos fueran a llegar tan lejos como han llegado. Como gesto de buena fe, la semana pasada el delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, informó a los medios de comunicación en una rueda de prensa que ya había sancionado a Mad Beach por exceso de horario. Pero el problema no es solo ese. Ellos pueden cortar la música y la fiesta a las doce de la noche, pero los jóvenes que quedan siguen la fiesta por su cuenta paseándose por las calles del barrio residencial molestando a los vecinos.
Almeida ha tirado de policía y de sanciones para intentar solucionar y contener los ruidos y las molestias a los vecinos. Pero el problema para estos madrileños no es que hayan puesto más agentes para controlar los ruidos, sino que parece que el Ayuntamiento está intentando arreglar su propia pifia, pues los vecinos de Casa de Campo entienden que no se puede conceder una licencia para montar un festival a tan pocos metros de un barrio residencial para luego escandaliarse por las evidentes consecuencias molestas.
«Llegaremos hasta el final, impondremos la sanción correspondiente y advertimos a los organizadores de este evento que tomamos nota para sucesivas peticiones que puedan hacer en el futuro. Desde el Ayuntamiento vamos a autorizar los eventos que sean buenos para la ciudad, y lo que no vamos a permitir es que esos eventos infrinjan la normativa y molesten a los vecinos», ha comentado implacable el alcalde. Algo que resulta curioso para los vecinos dado que parece reaccionar de forma excesiva a un problema que se ha generado el mismo al permitir celebrar el festival.
EL HARTAGO VECINAL
La llegada del verano y la favorable evolución de la pandemia, hasta ahora, ha hecho que vuelvan a Madrid los eventos al aire libre multitudinarios. Uno de ellos es el Mad Beach Club, un festival de conciertos en la Casa de Campo que durará todo el verano a costa del descanso de los vecinos. El ruido, la degradación del entorno natural del entorno y la ingente cantidad de basura generada en el evento está causando un grave malestar entre los vecinos que residen en la zona que no han dudado en calificar este evento de un “marketing de mentiras”.
Los vecinos de la Casa de Campo lamentan la celebración de este multitudinario evento que cuenta con un aforo de 3.500 personas en pleno rebrote entre los jóvenes que son el potencial target del evento. Además, este publico podrá ser nuevo cada día ya que Mad Beach Club tiene previstas 36 jornadas de planes hasta el 15 de septiembre de 2021.
Mad Beach Club se extiende por un espacio de más de 17.000 metros cuadrados de la Casa de Campo “afectando al entorno natural de uno de los pulmones más importantes de Madrid”, según los vecinos. Además, el centro neurálgico del festival es el imponente escenario de Puerta del Ángel que se sitúa a escasos metros de las viviendas del barrio de Lago provocando el malestar entre los vecinos. “No hemos sido consultados y somos los principales interesados”, trasladan a MONCLOA.com