En verano la exposición al sol se intensifica en el tiempo y en la superficie del cuerpo descubierta que recibe la radiación. Hay que protegerse la piel antes de ir a la playa o la piscina con cremas adecuadas, ya que la radiación ultravioleta es muy perjudicial para la salud. En los últimos años se ha intensificado la peligrosidad de la incidencia de los rayos solares ya que la capa de ozono continúa reduciéndose, por la contaminación, protegiendo cada vez menos. Una de las consecuencias provocadas por la exposición prolongada al los rayos solares es la alergia al sol. El organismo puede desarrollar la alergia cutánea por la radiación solar en diferentes formas. La fotodermatosis idiopática puede desencadenar en diversos cuadros clínicos, que necesitan tratamientos diferentes que debe indicar un dermatólogo.
3Dermatósis actínica crónica
La alergia al sol que desencadena en esta enfermedad es común en varones que superan los 50 años. Comienza su erupción en zonas de la piel expuestas al sol pero se puede extender a otras zonas que han permanecido cubiertas. Presenta desagradables picores en la piel que pueden evolucionar de una lesión eccematosa con placas a un infiltrado linfocitorio. Los glóbulos blancos o linfocitos se vuelven malignos provocando un cáncer de piel. Su tratamiento es complicado y debe ser estable en el tiempo ya que se trata de una enfermedad crónica que puede brotar al suspenderlo. El dermatólogo debe determinar si receta una crema con corticoides o pastillas de corticosteroides en función de cada caso.