El hábito de fumar perjudica gravemente la salud llegando a provocar enfermedades irreversibles que, en un estado avanzado, causan la muerte. Los consumidores de tabaco se exponen a desarrollar enfermedades respiratorias, cardiovasculares o un cáncer de pulmón. Además los fumadores pasivos que han estado expuestos al humo tóxico que desprenden los cigarrillos, también pueden sufrir estas enfermedades con mayor probabilidad. Se ha demostrado científicamente que la esperanza de vida de los fumadores se reduce aproximadamente 10 años y que dejar de fumar tiene efectos positivos inmediatos. Existe la creencia de que los beneficios que el cuerpo obtiene tardan años en llegar, si es que llegan, por lo que muchas personas desisten de abandonar el hábito nocivo. Considerar que el daño ya esta hecho es un error, porque el cuerpo con el paso del tiempo se va renovando y empiezan a verse de inmediato los beneficios en el organismo.
1Las primeras 24 horas sin fumar
Tan solo 20 minutos después de haber fumado bajan la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Como consecuencia la circulación empieza a mejorar. A las 12 horas de haber apagado el último cigarrillo el monóxido de carbono en la sangre se normaliza y desaparece la nicotina en sangre. Llegados a este punto se intensifican los síntomas que provoca el síndrome de abstinencia, por la adición al tabaco, entre los que se encuentran ansiedad, náuseas, mareo o dolor de cabeza. Superadas las 24 horas sin fumar consigues reducir bastante el monóxido de carbono en los pulmones y aumentar los niveles de oxígeno en la sangre. También empiezas a recuperar el gusto y el olfato ya que el humo del tabaco atrofia las papilas gustativas.