La lasaña es uno de los platos favoritos de grandes y de pequeños. Importada de la cocina italiana, se ha convertido en un clásico de las cocinas españolas cuando hay algo que celebrar. Ahora bien, no muchas persona saben que se puede consumir fría. Un manjar para el verano que te contamos cómo puedes hacer para quedar como un cocinero de estrella Michelin.
Este plato le conocemos por ser un clásico de Italia y de las grandes citas, pero siempre lo hemos consumido caliente con su bechamel derramada por encima de las láminas de pasta al estilo de la de Arguiñano. Ahora bien, la cocina se reinventa y este plato también lo hace. Toma nota porque puede ser la sensación de este verano.
5Receta de la lasaña fría
Aunque parece que son muchos pasos, realmente todos son fáciles. Lo primero es echar en un recipiente agua bien caliente con un poquito de sal y un chorrito de aceite, removemos para disolver la sal y colocamos dentro las placas de lasaña, las dejaremos remojando de 25 a 35 minutos.
Mientras se lavan las hojas de lechuga, las secamos, las picamos muy menuda y la ponemos en un recipiente amplio. Y hacemos lo mismo con los palitos de cangrejo y con las gambas. Todo muy menudito y lo mezclamos todo en el mismo recipiente.