La lasaña es uno de los platos favoritos de grandes y de pequeños. Importada de la cocina italiana, se ha convertido en un clásico de las cocinas españolas cuando hay algo que celebrar. Ahora bien, no muchas persona saben que se puede consumir fría. Un manjar para el verano que te contamos cómo puedes hacer para quedar como un cocinero de estrella Michelin.
Este plato le conocemos por ser un clásico de Italia y de las grandes citas, pero siempre lo hemos consumido caliente con su bechamel derramada por encima de las láminas de pasta al estilo de la de Arguiñano. Ahora bien, la cocina se reinventa y este plato también lo hace. Toma nota porque puede ser la sensación de este verano.
2Variantes de la lasaña
Como sabrás, hay muchas variantes de este plato. En el caso de la lasaña al horno las variantes provienen del contenido entre las láminas de pasta y bechamel, en este caso se puede encontrar lasañas de verduras, y entre ellas se tienen coles de Bruselas, brócoli, de espinacas, etc., pueden hacerse de pescado y en este caso pueden contener atún, etc.
Existen variantes que en lugar de salsa de carne (en su mayoría de cerdo o vaca), emplean carnes de aves tales como el pollo o el pavo. Las variantes más sutiles pueden llegar a incluir morcilla como contenido y hojas de col en lugar de la pasta, el resto es igual. Pero seguro que nunca habías oído hablar de la lasaña fría.