El comisario jubilado José Manuel Villarejo declara este viernes ante el juez que investiga la ‘Operación Kitchen’ para esclarecer el papel que desempeñó en el presunto espionaje parapolicial al ex tesorero del PP Luis Bárcenas, algo de lo que habría mantenido informado al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, según ha afirmado en un reciente escrito.
Villarejo comparece nuevamente ante el titular del Juzgado de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, una vez analizados los apuntes que hizo en las agendas personales que se le incautaron el pasado mes de octubre, que cubren el lapso temporal en el que se habría desarrollado la ‘Kitchen’, hasta el punto de que han permitido situar el inicio de la misma en el 11 de julio de 2013.
En este escrito, presentado el martes coincidiendo con la declaración como imputada de la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal, Villarejo avanza su «línea argumental» de este viernes para explicar cuál fue su rol en el espionaje que se habría montado desde el Ministerio de Interior, con recursos policiales y fondos reservados, para sustraer a Bárcenas la información sensible que pudiera tener del partido y sus dirigentes y evitar que llegara a la Justicia.
El policía retirado sostiene que intervino en la ‘Kitchen’ cuando ya había comenzado porque recibió sendas llamadas de los entonces jefe de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, y director general de la Policía, Ignacio Cosidó. Este último, ya en persona, le habría pedido que dejara los temas que tuviera entre manos porque había un asunto «muy urgente» en el que el propio Rajoy tenía interés personal.
De acuerdo con su versión, le dieron dos números de teléfono donde podría contactar con Rajoy para tener una «interlocución directa» a fin de evitar las interferencias que se habrían producido en la llamada ‘Operación Cataluña’, donde –sostiene Villarejo– la información que el comisario transmitía a la cadena de mando del Ministerio de Interior y el CNI difería de la que finalmente llegaba a Moncloa.
A este respecto, Villarejo detalla, como ya hiciera en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados sobre la ‘Kitchen’, uno de los números de teléfono. Y no le cabe duda de que quien veía los mensajes era el presiente del Gobierno, por los comentarios que recibía de los interlocutores que actuaban como intermediarios, señala.
REUNIONES EN GÉNOVA
Como interlocutores menciona tanto al ex ministro de Interior Jorge Fernández Díaz como al ex secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, además del responsable de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) y agentes del CNI. Como «interlocutores paralelos» añade a la Presidencia y Cospedal y, «colateralmente», a la ex vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, «por otros contactos».
Sobre la supuesta interlocución con Cospedal, esta semana la ex secretaria general del PP ha contado que se reunió con Villarejo tres o cuatro veces en la sede de Génova, una cifra que su ex jefe de Gabinete José Luis Ortiz elevó a entre ocho y diez. Según ilustró este último, recogía al comisario con un coche del partido cerca de la plaza de Colón y lo introducía en el cuartel general de los ‘populares’ por el garaje para que no quedara constancia de su visita.
A Cospedal se lo presentó su marido, Ignacio López del Hierro –también imputado–, que conocía a Villarejo desde los 90. Retomaron la relación, expuso el empresario al juez, porque estaban preocupados por las filtraciones a la prensa que se hacían del partido y de ellos. Ambos negaron que el verdadero motivo fuera que les mantuviera informados de la marcha de las pesquisas sobre ‘Gürtel’.
El matrimonio explicó que, por mera cortesía, le dijeron que alguna vez le harían algún encargo y que, si era el caso, le pagarían los gastos corrientes en los que incurriera. No obstante, al mismo tiempo Cospedal aseveró que no le llegó a encomendar ningún trabajo y, por tanto, tampoco le dieron dinero. Además, resaltó que la información que solía recibir de Villarejo no era muy útil porque ya estaba disponible en fuentes abiertas.
CAPTADOR DE «FUENTES HUMANAS»
Lo que le transmitieron los mandos policiales cuando le ficharon para ‘Kitchen’, conforme al citado escrito, es que necesitaban que, como agente de inteligencia, verificara la existencia de unos datos que interesaban al Gobierno, pudiendo llegar a suponer una grave amenaza para las altas instituciones del Estado. Esos datos eran la documentación con la que Bárcenas advertía a través de la prensa, precisa.
En concreto, se le requería, para que captara a «fuentes humanas» haciendo valer su capacidad de persuasión. No le extrañó porque entendió que era una continuación de su trabajo en la ‘Operación Cataluña’, ya que se daban los mismos intervinientes, paralelos procedimientos y similares objetivos.
Uno de los activos que habría reclutado es el chofer de los Bárcenas, Serio Ríos, a quien habrían abonado 2.000 euros mensuales a cargo de los fondos reservados para «compensarle» porque el ex tesorero del PP ya no le iba a seguir pagando y debía buscar otra forma de ganarse la vida.
Villarejo afirma que, con todo, incluidos seguimientos en los que habrían participado distintas unidades policiales y el CNI, la ‘Kitchen’ tenía un acceso integral a la vida diaria de Bárcenas, también durante su etapa en prisión a través de Instituciones Penitenciarias e incluso de infiltrados como falsos presos.
Su salida, de acuerdo con este relato, se precipitó al advertir a sus superiores en sucesivas notas informativas de que los datos con relevacia penal debían judicializarse. Según Villarejo, su delito es que denunció en tiempo y forma.
RONDA DE DECLARACIONES
Tras la comparecencia de Villarejo, que se suma a las recientes declaraciones de Cospedal, López del Hierro, Ortiz, el ex jefe de la UDEF José Luis Olivera y el inspector principal de ‘Gürtel’, Manuel Morocho, quedará pendiente el interrogatorio al ex secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez el 12 de julio.
El juez deberá decidir antes del 29 de julio si termina o prorroga la instrucción, algo sobre lo que ha preguntado a las partes. En el auto por el que imputó a Cospedal y su marido, García-Castellón manifestó que esta pieza separada de la macrocausa ‘Tándem’ –sobre los negocios oscuros de Villarejo– «se vislumbra con la madurez necesaria para encarrilar la fase preparatoria».
No obstante, fuentes jurídicas consultadas han apuntado que algunas partes, entre ellas el ex tesorero del PP, han solicitado al magistrado de la Audiencia Nacional que mantenga abiertas las pesquisas al considerar que todavía queda mucho por investigar.