El también ministro de Consumo ha destacado que ya se vislumbra el “horizonte final” de pandemia, como denota la relajación de medidas sobre el uso de mascarillas, y que también se abre, paralelamente, una nueva fase política económica. De esta forma, ha desgranado que los fondos europeos van a comenzar a llegar y el Ejecutivo progresista, del que forman parte, debe acometer una serie de transformaciones para el país.
Para esa nueva fase, Garzón ha señalado que IU debe definir su plan de acción estratégico teniendo en cuenta su “larga historia”, su “gran experiencia” en la gestión y su capacidad de movilización en la calle para tomar las mejores decisiones.
ATACAR LA POLÍTICA NEOLIBERAL
De esta forma, ha pronosticado que el escenario después del verano será “distinto” y eso obliga, tanto a IU como a Unidas Podemos, a estar “preparados” para desplegar acuerdos y plasmarlos en el ámbito de las decisiones concretas.
El coordinador federal de IU ha defendido que la gestión de la crisis del Covid-19 ha sido distinta a la de 2008, cuando la toma de medida se gestó en base a “recortes”, y el escudo social en el que su espacio político tuvo un papel “influyente” permite, al contener los efectos negativos de la pandemia en el ámbito socioeconómico, tener “mejores horizontes” de cara a esta nueva fase.
De esta forma, la prioridad para Garzón es trabajar en planes de estímulo que permitan “modernizar” la economía y permitir que la clase trabajadora tenga mejores salarios.
Es más, ha dejado claro que sus palabras no implican “voluntarismo” sino un compromiso claro de “transformación estructural” del modelo productivo que, en base a los fondos europeos, deje atrás el modelo neoliberal. Por tanto, ha destacado que este ciclo le toca a IU con una “capacidad de influencia histórica” al formar parte del Gobierno de coalición.
En este sentido, el ministro de Consumo ha señalado la necesidad de resindustrializar el país, de acometer cambios en el sistema eléctrico y de seguir la senda de aumentar el SMI, cuya primera subida ha tenido efectos positivos tanto para la gente como par la economía global del país.
Por tanto, ha subrayado que aumentar el salario mínimo es una medida “contracíclica” que ayudó a mitigar el impacto negativo y de la crisis y ahora “hay margen para subirlo”, para “atacar y corregir la política neoliberal absolutamente penosa de las última década”. “La clase trabajadora tiene que recuperar derechos que se han perdido la última década”, ha proclamado.