La Organización de Naciones Unidas calcula que la degradación de la tierra menoscaba el bienestar de hasta 3.200 millones de personas en todo el mundo y que el cambio del uso de la tierra es el principal impulsor de las enfermedades infecciosas emergentes en humanos, de las que más de un 60 por ciento son zoonosis.
Con motivo del Día Internacional de Lucha contra la Desertificación y la Sequía de 2021, que se celebra este jueves, 17 de junio, la ONU recuerda que tres cuartas partes de la tierra que no están cubiertas por hielo se han transformado, principalmente para satisfacer la demanda de alimentos, las materias primas y los asentamientos humanos.
La efeméride este año se centra en el lema ‘Restauración. Tierras. Recuperación’ con el fin de impulsar la recuperación de la cubierta de las tierras degradadas para convertirlas en tierras sanas ya señala que esta actuación contribuye a la resiliencia económica, a la creación de empleo, al aumento de los ingresos y a una mayor seguridad alimentaria; ayuda a recuperar la biodiversidad; permite capturar el carbono atmosférico que calienta la Tierra, disminuyendo así el efecto del cambio climático; y favorece una recuperación verde de la pandemia de COVID-19, ya que la restauración de los paisajes naturales reduce el contacto directo entre la vida silvestre y los asentamientos humanos, lo que crea una barrera natural contra las zoonosis.
De este modo, la ONU añade que evitar, ralentizar y revertir la pérdida de tierra productiva y de ecosistemas naturales es «tanto urgente como esencial» para lograr una rápida recuperación de la pandemia y garantizar la supervivencia a largo plazo de las personas y el planeta.
Este mes de junio, más de un centenar de países han puesto en marcha el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas cuyo objetivo es lograr la recuperación de cerca de 800 millones de hectáreas de aquí a 2030, más o menos el equivalente a una superficie similar a la de China.
La efeméride del 17 de junio, según la ONU, supone una «oportunidad única» para incidir en la necesidad de neutralizar la degradación de las tierras mediante la búsqueda de soluciones, con una firme participación de la comunidad y cooperación a todos los niveles.
Por último, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) llama a todos los miembros de la comunidad internacional para que «traten la tierra como un capital natural preciado y limitado» y que den prioridad a su salud durante la recuperación de la pandemia. Asimismo, les insta a esforzarse «al máximo» para restaurar la tierra.