Susana Díaz ha sido la voz del PSOE andaluz más beligerante contra las concesiones a los independentistas. Pero ahora, cuando Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, tiene preparados los indultos para antes del verano, la líder socialista y expresidenta de la Junta de Andalucía se ha quedado muda.
Ya no hay críticas por su parte al independentismo, pese a tener la hemeroteca repleta de todo tipo de reproches hacia quienes buscan romper con España, ya sea por la vía unilateral o por la del referéndum pactado. Sea como fuere, quien otorgue esta vía pone en duda la unidad de España.
No puede haber concesiones a los independentistas que quieren destruir este país
«No puede haber concesiones a los independentistas que quieren destruir este país«, aseguró Díaz hace tan sólo dos años. Ahora, la historia cambia a tan sólo unos días de enfrentarse a Juan Espadas en las primarias para dominar al PSOE-A. «Es una competencia del Gobierno, es el que tiene que decidir«, ha afirmado hace tan sólo una semana. Pero no será suficiente.
El PSOE que dirige tendrá que pronunciarse públicamente y en sede parlamentaria sobre los indultos que se concederán previsiblemente entre junio y julio. Algunas fuentes no descartan que sea en agosto, cuando la campaña de vacunación asegure la inmunidad de grupo en España y poco antes de una remodelación del Gobierno de coalición, donde caerán, según voces oficiales, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, o bien el de Universidades, Manuel Castells. A cambio, el PSOE tendrá que recortar Ministerios y aceptar los nombramientos de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta tercera.
DÍAZ EVITA EL ENFRENTAMIENTO CON SÁNCHEZ
Con todo, las primarias andaluzas apenas han pasado desapercibidas. Los indultos han sido una presión añadida para los de Díaz, que han preferido entrar en el cuerpo a cuerpo con Espadas a través de la subida récord del precio de la electricidad. La líder de los socialistas andaluces ha tratado de electrocutar a Sánchez y su escudero Espadas con una campaña llena de «energía positiva», con duras críticas al Gobierno por el incremento de este bien básico para la vida y todo siendo una competencia estatal. Y es que, acostumbrada a la doble vara de medir, Díaz no quiere por ahora un enfrentamiento directo con Sánchez. Los indultos pesan más y un apoyo a esta polémica medida podría dejarla en la estacada.
Susana Díaz se muestra juvenil en esta campaña, para atraer a los jóvenes. Los más veteranos añoran aún los tiempos de Felipe González, sin reticencias. La que fuera la preferida por las empresas más grandes de España para dirigir al PSOE se muestra ahora alejada de ellas.
La líder socialista que ha echado el pulso a Sánchez trata ahora de enmendar los errores cometidos en el pasado, pero aún la persiguen los casos de corrupción de los EREs y las concesiones de polémicas subvenciones a UGT, que ha cargado a cuenta del erario público festejos no subvencionables. El sindicato tendrá ahora que devolver estas cantidades, aunque se muestra reticente a ello.
UNA DÍAZ DESLEAL A SÁNCHEZ Y CON TODO EL APARATO EN CONTRA
Díaz ha sido la cara visible del terror que infunde el presidente del Gobierno a quienes no le han sido leales. De hecho, su voz no cuenta en La Moncloa tras haber perdido la Junta de Andalucía. En cambio, Sánchez sí apoya a Miquel Iceta, que con él al frente el PSC ha cosechado los peores resultados de su historia. Cuestión de confianza, pero también de una lealtad como la que ha mostrado Iván Redondo, quien ha parafraseado el guión de una conocida serie americana para asegurar que se tiraría por el barranco por Sánchez.
A siete días de depositar el voto, los socialistas andaluces tendrán que escoger entre Díaz, Espadas y un tercero moderado, Luis Ángel Hierro. Díaz ha tomado la iniciativa para encarrilar su campaña. Kilómetros lleva en sus pies, aunque ya no luce tacón ni chaquetas, como solía hacer en sus declaraciones como presidenta.
SIN TACONES Y CON CAMISETA, EL LOOK DE DÍAZ
Ahora ha optado por un look más juvenil, acorde a una moda para atraer al personal de mediana edad. Las camisetas lucen frases en inglés para mostrar «energía positiva«, «elige empatía» o «en las mujeres se encuentra la verdad«. Eslóganes que por el momento se desconoce si atrapan a los potenciales votantes, pero que dan la batalla de la dialéctica a un insulso Espadas, ajeno a los enfrentamientos. La misma pose que utilizó Ángel Gabilondo en la campaña de Madrid el pasado 4 de mayo. Si el resultado es el mismo y Díaz se impone finalmente lo decidirán los socialistas de base andaluces, los mismos que arroparon a Sánchez cuando se fue por España para tratar de ganar las primarias, que por cierto consiguió. Díaz, por contra, estaba entonces inmersa en la maquinaria del aparato socialista. Si los andaluces tienen recuerdo o no se conocerá el próximo domingo.
Espadas se ha mantenido aún más de perfil en esta campaña. Se limita a afirmar que apoya todas las decisiones de Sánchez. Lo normal cuando es un títere en manos del presidente del Gobierno. De hecho, este paladín tiene la obligación de ganar en el PSOE de Andalucía para evitar una revuelta interna dentro del partido.
Si Díaz ganara estas primarias sería una voz más que autorizada de cara al Congreso de los socialistas en octubre. La maniobra de Sánchez en este 40 Congreso pasaba por ganar más poder territorial y cargarse así a una descompuesta Díaz en mitad del otoño, pero las primarias pueden ser el inicio de la rebelión.
SI GANA DÍAZ HABRÁ REBELIÓN EN EL PSOE
Sánchez no ha perdido hasta ahora ninguna gran votación dentro del PSOE. Este revés supondría que más voces contrarias a su gestión se alcen e incluso se encuentre un candidato con garantías para hacerle frente y recuperar el rumbo de un partido socialista totalmente a la deriva. No hay formación política ahora. El discurso sólo lo marca su ‘sanchidad’, la loa a su persona y el silencio de unos críticos que no encuentran a quien pueda cantarle las cuarenta a la cara.
La victoria de Díaz sería el preámbulo de una guerra sin cuartel dentro de los socialistas. Hasta ahora, tan sólo se han pronunciado quienes tienen el cargo atado y bien atado. El resto ha optado por un silencio atronador. Espadas conoce estos movimientos y por esta razón emplaza a dejar de pelearse. Sin embargo, los críticos golpean insistentemente. «El fin del PSOE si se conceden los indultos», han llegado a afirmar. Y es que, tras apoyar el 155 de la Constitución, iniciar el proceso judicial bajo el Gobierno socialista y romper toda negociación, el PSOE trata de imponer el falso relato de la moderación entre los de Pere Aragonés y Oriol Junqueras, líderes de ERC.
Esquerra no busca los indultos. Busca tensionar una situación para desgastar al Gobierno, como ha actuado desde los inicios en la democracia. Emponzoñar y tergiversar la realidad. Junqueras no ha abandonado la vía unilateral, de hecho exige un referéndum pactado, una nueva consulta ilegal que traspasa los márgenes de la Constitución. Y es que, la unidad de España no es discutible en las urnas. Para ello habría que modificar de la primera a la última página de la Carta Magna y este paso, pese a que es un objetivo del PSOE, es prácticamente improbable que suceda. Y es que se necesitan tres quintos del Congreso y del Senado junto con unas elecciones. Las dos Cámaras debería ratificar después los cambios. Un escenario muy poco probable, pero es el sueño de una España federal que persigue el PSOE o bien el inicio de una ruptura real de las regiones nacionalistas.